¿Qué estoy haciendo con mi vida? Un momento trascendental como la pandemia desata dudas sobre pasado, presente y el rumbo en el futuro. Le ocurrió a Estíbaliz Romaña, la pintora de Balmaseda que el pasado verano transformó su casa en una galería de arte con trazos de Santoña o Santorini. Pero su cambio no ha finalizado ahí. Ofrece un punto de apoyo a personas que se hallen en la misma encrucijada sirviéndose de un elemento clave en su obra: las puertas. Su renovada página web, detalla estas actividades, así como sus proyectos más inminentes, desde una exposición en agosto en Ibiza a talleres de coaching en octubre en su villa natal.

Conforme los cuadros tomaban forma “me di cuenta de que trabajaba cosas en mí: la autoconfianza, la autoestima, el equilibrio, volver a creer en mí, enfrentarme a creencias limitantes, percatarme de que había otras posibilidades, conectar con lo que realmente quería...” la raíz del proyecto que le ha hecho “abrir puertas y sentir que el mundo empezaba a moverse”. Así, “cada puerta con su color realiza un trabajo: con el azul turquesa, la autoconfianza; la fucsia, autoestima; la amarilla, el equilibrio en la vida y en la azul, la paz mental, simplificar”.

Tras obtener “el certificado europeo de coach internacional” trabaja esos mismos aspectos con las personas que se acercan a ella en distintos talleres. En una primera sesión de una hora en base a preguntas y “combinando coaching, autoconocimiento y pintura ven en qué les interesa profundizar”. Y es que “a veces dibujan para expresar lo que sienten”. Por ejemplo, “si son muy estrictos en los pensamientos dibujan dos líneas o, si están tristes, un borrón negro”, describe para contar a continuación los gráficos sentimientos de “una clienta que pintó un cuadro de mariposas, pero las que estaban dentro de un bote tenían tonos oscuros y grises en cuando salían de este recipiente, que simbolizaba su zona de confort tomaban color y se sentían libres”. A partir de ahí, pueden decidir en qué puerta detenerse o si quieren cruzarlas todas y completar el trayecto.

Hay quien prefiere los talleres de arte terapia presenciales que está impartiendo en Ibarrangelu. “Empezamos en la playa, cogemos arena y materiales para los cuadros y vamos a una casa alquilada. Primero les explico cómo he vivido mi proceso y hablamos”.

Cuadros con emociones

Con el pincel en la mano “afloran emociones y les repito que no hace falta que sepan pintar, únicamente necesitan ganas de mirar a su interior y explorar, que no se queden apegados a lo bonito que va a quedar, sino que analicen cómo se sienten, qué pensamientos y emociones les vienen a la cabeza”. Si se estresan por el resultado “pueden conectar con el no sé, no puedo, no valgo e incidir en la necesidad de aumentar que luego podemos trabajar en sesiones individuales”. A los talleres de arte “van a relajarse y disfrutar, me comentan que al salir se sienten tranquilos, que les viene muy bien para cambiar el chip de la vorágine de nuestra vida y nuestra rutina y que marchan con otra energía gracias a ese momento de desconexión brutal para ver la vida con perspectiva.

También colabora “con La Akademia de Borja Vilaseca en talleres para chavales principalmente de entre 18 y 23 años y asociaciones” en la búsqueda de sus proyectos profesionales desde “el autoconocimiento, habilidades, hobbies y estilo de vida”. En base a los cuales “vamos indagando a qué les gustaría dedicarse”. Porque “alguien que se decanta por estudiar Empresariales pensando en que alguna empresa le contrate, acudir ocho horas a una oficina y luego irse a su casa, pero le gusta trabajar al aire libre, el contacto con la naturaleza y se agobia en espacios cerrados y estando mucho tiempo sentado... ¿cómo va a convivir con esa rutina?”. “Es muy difícil decidir algo tan importante a esas alturas de la vida”, razona.

Desde el viernes y hasta el 5 de septiembre podrá visitarse en el art café Can Tixedo de Ibiza una exposición con obras de Estíbaliz Romaña acompañadas de “textos en los que explico desde otro punto de vista lo que la pintura supone para mí: calmar mi mente, darme paz”. Y en octubre “estaré en Balmaseda con los talleres de las puertas cuatro jueves dos horas cada día y en cada jornada abriremos una plasmando las emociones en un cuadro”.