Si la naturaleza pusiera penitencia a los seres humanos por los pecados que se cometen contra ella, los habitantes de Abanto Zierbena podrían presumir de ser vecinos de uno de los municipios que mejor ha asumido su culpa climática desarrollando una intensa actividad redentora para restaurar el equilibrio con el planeta, al menos en el marco de las capacidades que le otorga el ordenamiento jurídico ambiental. Y no es una cuestión baladí ni advenediza ya que como el domingo reconocían desde la agrupación de voluntarios ambientales, Kima Berdea, colaboradores necesarios en la celebración de actos absolutorios como el Zuhaitz Eguna llevado a cabo el domingo en el parque situado en la subida al polígono industrial de El Campillo, "en los últimos 15 años en Abanto Zierbena se ha promovido la plantación de más de 2.000 árboles en diferentes zonas promoviendo la recuperación de especies autóctonas en nuestro municipio".

Una constante que el domingo volvió a repetirse, covid-19 mediante y sus limitaciones de aforo presentes, con una jornada familiar, participativa y concienciada en torno a la importancia que los árboles juegan en la salud de este planeta del que somos meros inquilinos y que se concretó en la participación de 60 personas -muchas de ellas menores de edad- que llevaron a cabo la plantación de 45 ejemplares de diferentes especies arborícolas autóctonas. "Nos parece que este tipo de iniciativas son importantes para transmitir a nuestro hijos e hijas la importancia de que las personas debemos ser un aliado de la naturaleza y por tanto ser cuidadosos con ella", señalaba Mónica, madre de Peio y Janer, de 6 y 7 años respectivamente, quienes junto a su aita, Aritz, manejaron con soltura la pala y el azadillo para excavar un agujero apropiado para que pudiera albergar un plantón de abedul blanco.

"El abedul es un árbol muy singular por cuanto es una de las especies que mejor aguanta las bajas temperaturas por lo que es frecuente ver grandes masas de este árbol en la zona norte de Escandinavia. "Este árbol esconde el origen de la palabra libro ya que la capa interna de su corteza, llamada librum, servía para extraer pergaminos", explicaba a los participantes de la plantación uno de los voluntarios de la red Kima Berdeak que colaboró en el desarrollo de esta jornada ambiental. Una iniciativa que, a juicio de Ane, vecina de Las Carreras, "sirve para que nuestros hijos e hijas sean conscientes de que los árboles puede que nazcan solos en el bosque pero que es labor nuestra el protegerlos ya que ellos son buenos para el medio ambiente que nos rodea y por tanto para nosotros".

Un mensaje que se tomaron muy en serio, Ibai, tres años y tres cuartas partes de altura de la pala jardinera que empuñó en la plantación y su hermano Hodei, de cinco años que junto a su amatxu, Nahia, contribuyeron a desarrollar a esta propuesta que pone de manifiesto la necesidad del apoyo institucional para garantizar su continuidad.

"Nuestro compromiso como voluntariado sigue vigente pero la decisión del Gobierno vasco de retirar las subvenciones a los grupos ambientalistas pone en riesgo actividades como el Zuhaitz Eguna que este año se ha podio sufragar con el poco remanente que teníamos de años anteriores por lo que su alcance ha sido bastante limitado", planteaba una portavoz de Kima Berdea.

La celebración de esta edición del Zuhaitz Eguna, marcada por una importante limitación de aforo, tuvo continuidad a media mañana con la celebración de una sesión de cuentacuentos en la explanada del Museo de la Minería el País Vasco -en el barrio Campodiego de Gallarta-, en la que los más pequeños pudieron divertirse mientras participaban activamente de una propuesta lúdica en la que la educación ambiental era el nexo común de la actividad. La jornada finalizó con un pequeños hamaiketako para todos los participantes si bien marcó el preludio de una nueva actividad que tendrá lugar en primavera. "Este año hemos plantado abedules, arces, fresnos y robles pero no tiene flores pero en primavera con la floración haremos una jornada para que los más jóvenes aprendan a distinguirlos con los ejemplares que plantamos el pasado año", anuncian desde Kima Berdea.