OSKO, Bost Kantoi, Urtabeta, Golden roñosa, Fuji, Grau Senti, Limonera, Royal Gala, Fuentes, Santi Clier o Reineta gris son algunas de las 23 variedades de manzana catalogadas en las Encartaciones que pudieron verse en el Parque Cultural y Ambiental de la Minería del País vasco con motivo de la celebración del Sagardo Eguna, que Meatzaldeko Harrigorria Dantza Taldea viene celebrando desde hace 22 ediciones en Abanto Zierbena. "Este año por las limitaciones que impone la emergencia sanitaria del covid-19 respecto a las aglomeraciones de gente hemos apostado por actividades en interior con los aforos autorizados a través de las cuales hemos pretendido aportar una visión menos folclórica y más didáctica de lo que supone la manzana en nuestra cultura", destacaba el presidente del grupo de danzas abantoarra, Jesús Mediavilla, consciente de que la apuesta no iba a tener el seguimiento multitudinario de otras ediciones. "No obstante hemos visto que este planteamiento puede tener continuidad en próximas ediciones en las que recuperaremos el espíritu de promoción de diferentes elementos de la cultura vasca promoviendo el intercambio con grupos de todos los herrialdes", esbozó Mediavilla.

Una propuesta que agradeció el enólogo Mikel Garaizabal, miembro de la asociación de productores de sidra natural de Euskadi, Euskal Sagardoa, quien participó en una animada cata con la cosecha de 2019 de varios productores vizcainos.

Revolución

"Iniciativas como este Sagardo Eguna tienen una gran importancia porque nos permiten acercar a la gente un producto muy arraigado en nuestra cultura pero que aún es un gran desconocido aunque ahora está viviendo una revolución muy bonita. No podemos olvidar por ejemplo que el diseño de los barcos balleneros que iban a Terranova ya tenían en cuenta la ubicación de las cupelas ya que para los arrantzales la sidra era un elemento alimenticio que al estar fermentado y contener alcohol -aunque en baja graduación- no se pudría como el agua lo que evitaba que sufrieran de escorbuto", explicó el enólogo que también destacó que "del mismo modo en los caseríos lo primero que se diseñaba era el lugar donde se ubicaba la prensa para obtener la sidra, que era también un alimento que suplía al agua. Se cuenta que el famoso gigante de la película Handiallegaba a beberse 20 litros de sidra al día".

En la amena cata de sidra, se hicieron varios juegos para explicar algunos factores importantes como el olfato a la hora de valorar este caldo natural "que está viviendo una revolución, ligada al carácter natural y certificado de la manzana y su producción, como en su día sufrió el vino, que pasó de ser básicamente cosechero a contar con una gran gama, el aceite, el txakolí o la cerveza", reseñó Garaizabal quien cifró en 3,2 millones de litros la producción de sidra en 2019.

Un producto, la sidra, que tiene una gran presencia en la cultura oral y folclórica del País Vasco como pusieron de relieve los músicos de Hutzun, un grupo de txalapartaris con más de 10 años de trayectoria que guió a las cerca de 50 personas que se acercaron al auditorio del parque cultural de Gallarta por la historia de este instrumento autóctono. "Más que un instrumento, la txalaparta es una forma de tocar. Dos personas que se retroalimentan, escuchándose el uno al otro para ejecutar el txakun, el errena y hutzuna, los tres golpes básicos", apuntó Mikel Urrutia.