- Ya se palpa más movimiento en la calle y van desapareciendo los letreros que avisaban de cerrado por vacaciones. El sector comercial de Enkarterri levanta la persiana para el inicio de curso más extraño que recuerdan, en plena pandemia, con reservas. En Balmaseda y Zalla los vecinos cuentan con portales web que reúnen a los establecimientos de sus respectivas localidades para facilitar el acceso a los productos más próximos.

La tienda de ropa infantil Truquemé ha sumado las mascarillas para niños y adultos a los artículos a la venta, de acuerdo con las medidas de las autoridades sanitarias que obligan a su uso. "Están funcionando muy bien", explica Ana González, que regenta el establecimiento. En cuanto al resto del género, "la semana que viene esperamos hacer el cambio a las prendas de temporada de otoño-invierno". Pero las familias "no saben cómo actuar al comprar la ropa" para la época de más frío que se avecina porque desconocen si los colegios volverán a cerrar como ocurrió en marzo, si los más pequeños podrán disfrutar de su tiempo de ocio o se limitarán actividades en función del progreso del coronavirus... Por eso, están optando sobre todo por aparcar las compras a última hora, mientras que en verano "hemos vendido sobre todo vestuario para bebés".

Cuando Amaia González reabrió su peluquería homónima el 4 de mayo las citas se acumulaban en la agenda. El confinamiento había pasado factura haciendo asomar las canas más de lo acostumbrado. Pero, superado el furor inicial, "una auténtica avalancha", lamenta que "los ingresos han caído en picado". Las visitas para poner a punto el cabello, que en los tiempos precovid se realizaban con carácter semanal se han espaciado a una vez al mes "por precaución". "Hay clientela jubilada a la que le da miedo salir a la calle" por considerarse la edad un factor de riesgo ante posibles contagios. Y este año tampoco se han estilado en exceso los cambios a looks más refrescantes para lucir en los viajes de vacaciones. "La gente no ha salido tanto, como mucho a la segunda residencia o a casas rurales" donde quizás pueda existir mayor percepción de seguridad.

Prácticamente acaba de regresar de su descanso estival la tienda de informática NCS de Zalla, después de "haber estado abiertos durante todo el confinamiento". La abrupta implantación del teletrabajo en primavera provocó situaciones inéditas. "Se nos agotaron las impresoras", rememora Héctor Sangrador. También proliferaron las renovaciones de equipos que hasta entonces no se habían utilizado en exceso y compras de portátiles nuevos para montar una pequeña oficina en casa. Hay quien ha retrasado la adquisición hasta septiembre aprovechado para poner a punto la red wifi de los hogares.

Plataformas web

A un click se encuentran los más de cuarenta comercios de Zalla accesibles mediante la herramienta Zalla Kalean, que se puede descargar desde la página web municipal. Los vecinos pueden consultar por segmentos, desde academias, accesorios, alimentación, arte, autoescuela, automóvil, calzado, comida a domicilio, decoración, clínica dental, descanso, estética, farmacia, formación, gremios, hostelería, informática, juguetería, ocio, óptica, perfumería, productos del sector primario o segunda mano y seguros o productos financieros, entre otros.

En Balmaseda la plataforma virtual recibe el nombre de Kaleak Pizten, con alrededor de un centenar de negocios de la villa, que abarcan desde alimentación, salud, motor, estética, muebles, joyería, cerrajería, zapatería, estudio fotográfico, tiendas de ropa, imprenta, frutería, reparaciones, tintorería, floristería, construcción, pescadería, decoración, electrónica, farmacias, transportes, seguros, supermercado y también locales de hostelería para fomentar el consumo local.