El natural carácter optimista de la alcaldesa de Abanto-Zierbena, Maite Etxebarria, le permite alumbrar la luz al final del túnel de la pandemia del covid-19 en base a la unidad de la ciudadanía de su municipio contra el coronavirus mediante la asunción de las responsabilidades personales y colectivas en esta situación epidémica extraordinaria. Aun así, no soslaya su honda preocupación por un escenario que tiene notorias afecciones sobre el día a día de los vecinos y vecinas en general y en la economía local y municipal en particular.Este año las vacaciones de la alcaldesa han sido bastante peculiares. ¿Ha logrado desconectar?

—La verdad es que ha sido dificultoso. He tenido tres semanas en las que necesitaba descansar, desconectar y centrarme en la familia después de unos meses tan exigentes, pero al final la realidad, con la aparición del brote en la residencia de Gallarta, volvió a sumergirme en la última semana en la vorágine de la lucha contra el covid.

¿Cuál es la situación actual en la residencia de Gallarta?

—La residencia es de titularidad foral aunque el Ayuntamiento mantiene una estrecha relación con esta infraestructura social que atiende a 64 mayores. Afortunadamente todos los casos detectados son asintomáticos o leves y actualmente los afectados están en la residencia Birjinetxe donde evolucionan de forma favorable.

Llama la atención que en los peores momentos de la pandemia no se registraran contagios en Gallarta, Sanfuentes o el centro de día y ahora surjan estos casos una vez levantadas las limitaciones. ¿Ha habido una excesiva relajación?

—Yo creo que sí. Es lo que nos está pasando a nivel general. No tengo datos concretos, pero entiendo que es un poco lo que está pasando en la calle en el día a día aunque los datos del municipio sean buenos.

A pesar del esfuerzo informativo que lleva a cabo el Ayuntamiento para dar a conocer las exigencias sanitarias dictadas desde el Gobierno vasco.

—Partiendo de que se trata de una situación excepcional, extraordinaria, en la que ningún alcalde o alcaldesa estábamos preparados para afrontar una crisis sanitaria tan grande nos hemos volcado, tanto a nivel político como del personal municipal. Ha sido un trabajo full time de lunes a domingo en el que hasta los sábados a las 7.00 de la mañana estábamos preparando una reunión para valorar nuevas normas o actuaciones. Una situación en la que siempre ha primado la atención a los vecinos, bien afectados directamente, que han sido poco menos de setenta -aunque la afección de la residencia con doce casos ha desequilibrado la estadística- como a sectores de riesgo, vulnerables y al tejido socioeconómico local.

La situación en Meatzaldea en general y en Abanto-Zierbena en particular no es especialmente reseñable, aunque por la experiencia acumulada todo puede cambiar en un momento. ¿Cómo lo afrontan?

—Los datos actuales, excepción hecha del brote de la residencia que ya está controlado, son esperanzadores y confiamos en que el comportamiento de nuestros vecinos y vecinas, con las medidas básicas de prevención como el uso de mascarillas, la distancia social y la higiene contribuyan a que esta situación no vaya a más.

El pasado día 14 se cumplieron seis meses de la declaración del estado de alarma y los ayuntamientos siguen ahí al pie del cañón en primera línea.

—Como decía antes, nadie estaba preparado para esta pandemia y por supuesto los ayuntamientos tampoco, ya que además de ser el eslabón más débil de la cadena administrativa nos vemos supeditados a las decisiones y normas que emanan de entidades supramunicipales que debemos acatar e implementar, asumiendo funciones que nos superan y que además tienen una gran incidencia en el día a día. Hoy podemos decir que más del 80% de la gestión municipal está supeditada a la atención de las diferentes variables que ha provocado el covid-19 en las personas y en la economía local. ¡Y ahora nos llega la vuelta al colegio!

Llegamos a una de las cuestiones que sin duda marcarán el futuro del municipio a corto y medio plazo. Disminuyen los ingresos pero aumentan los gastos. ¿Difícil tesitura, no?

—Para que te hagas una idea solamente en gastos relacionados directamente con el covid -mascarillas, pantallas protectoras, gel y dispensadores o EPI- llevamos invertidos más de 150.000 euros a los que sumamos los cerca de 200.000 que hemos destinado a las AES. Y no llevamos más que seis meses.

Siempre habrá quien piense que lo que se ha ahorrado en fiestas da para eso y más.

—Es un discurso manido y alejado de la realidad ya que esa postura facilona olvida que hay que devolver a Udalkutxa cerca de 1,4 millones de euros, que ha habido que seguir pagando por servicios contratados que no se han podido prestar y devolver dinero a usuarios, que se han congelado algunas tasas y aprobado exenciones o que se han puesto en marcha ayudas y programas extraordinarias para el tejido económico.