Los diferentes caminos que confluyen en un espacio central hacían de la plaza de Artebizkarra el lugar ideal para representar la diversidad. Además de los coloridos bancos que ayudaron a pintar a la artista Aitziber Ibargüen, los pequeños del municipio también han colaborado con el también artista local Beñat Amezaga en la elección de los dibujos de juegos infantiles que adornan el espacio, tras un taller impartido por Ortzadar Fundazioa. Es una de las iniciativas que han podido disfrutar en un verano condicionado por el coronavirus.

De la mano de las monitoras Raquel y Oihane, exploraron distintas aristas de la diversidad: desde los diferentes modelos de familia, a la biodiversidad que pone en peligro la contaminación, la riqueza de idiomas y culturas e intergeneracional transmitida, por ejemplo, a través de refranes en euskera que aprendieron, o la disparidad de recursos. Cuando les retaron a montar una casa con piezas de Lego, pero a un grupo le entregaron más que a otro, los niños resolvieron la situación rápidamente cediendo parte de sus bloques para que todos pudieran completar sus casas.

Finalmente, probaron los juegos infantiles que Beñat Amezaga había dibujado sobre el pavimento para elegir los que quieren que se incorporen a la decoración de la plaza. “He elegido seis posibles modelos en los que he intentado reflejar el mensaje de la diversidad”, explicó el artista zallarra. Elaboró un gran puzzle de papel que simulaba la distribución de la plaza para que los participantes pudieran recortar sus juegos preferidos y situarlos en sus emplazamientos favoritos. El programa en torno a la diversidad también contó con una charla en el vestíbulo del Zine Antzokia con las consabidas medidas de seguridad.

Hacia un consejo

La aparición del covid-19 ha alterado el proceso de constitución de un organismo de participación infantil. El pasado 13 de febrero tuvo lugar una jornada enmarcada en el proyecto de Ciudades Amigas de la Infancia -un foro impulsado por Unicef al que Zalla ha presentado su candidatura- de la que salieron 61 nombres de niños interesados en sumarse. Sin embargo, “todavía no se le puede llamar consejo”, matizan desde el Ayuntamiento.

Durante el confinamiento por la pandemia, a los más pequeños “se les enviaron formularios para que expresaran sus opiniones sobre diferentes cuestiones de Zalla, como urbanismo, cultura, deporte o identidad”, una forma que fructificarán en más iniciativas.

Los niños participaron en talleres y ayudaron al artista Beñat Amezaga a elegir los motivos que se han dibujado en el pavimento.