La palabra imposible es difícil de encontrar en el vocabulario del animoso Guillermo Higuera, presidente del grupo de txistu de Muskiz Jarraitzen Dugu. De tal modo que, cuando la pandemia se empeñó en ponerle coto a la celebración de la XV edición del festival de txistu en la localidad minera, Higuera descolgó el teléfono y empezó a contactar con representantes de los diferentes grupos que iban a venir este año por san Juan a participar en este evento cultural e incluso a otros que ya conocían de esta cita cultural.

“La respuesta fue magnífica por parte de la gente”, reconocía a DEIA este músico inasequible al desaliento que ha logrado sacar adelante un vídeo -disponible ya en las redes sociales- en el que, a pesar de la distancia, se ha conformado un completo festival en el que se han recogido parte de las propuestas previstas en el programa que iba a representarse en el Meatzari Aretoa.

Dirigido por la profesora de música, Txaro García, el festival contó con la implicación del tenor Martín Barcelona, el grupo de Txikiteros de Muskiz, txistularis de diversos puntos de Euskal Herria, el quinteto de metales, Portu Brass, el percusionista, Ander Larrauri, la trikitixa de Nagore Martínez, o la guitarra de Txemi Santamaría, pino y bajo eléctrico.

Ochenta voces

“En total han sido más de ochenta músicos y voces los que han participado en este proyecto de festival virtual que ha sido presentado por el muskiztarra Alberto Bargos”, recuerda Guillermo Higuera, que ya trabaja de lleno en una nueva línea musical que pretende fusionar el txistu que tocan su alumnos con la trikitixa de Nagore Martínez.

“La verdad, es para estar muy agradecido a todos los que se han sumado a este festival porque han realizado un trabajo muy grande. Sobre todo porque grabarse no es lo mismo que estar tocando o cantando en grupo y me consta que ellos lo han hecho con un gran esfuerzo para llevar a adelante las cuatro piezas que se han interpretado”. El festival virtual, grabado a lo largo de varias jornadas, se abrió con la exigente pieza de txistu Contrapás, a la que siguió la popular habanera de Donostia Bitxintxo. La segunda parte del festival empezó con la clásica habanera Mi bello San Juan y cerró el evento la pieza A mi pueblo, una sentida habanera que habla de Muskiz y de sus tradiciones y costumbres que el coronavirus no detiene.