Poco podía imaginar Alicia Irazabal, una joven vecina de Las Carreras, que el deseo de hacerle un regalo floral en el día del cumpleaños de su madre y las largas horas de confinamiento por el covid-19 iban a servir para descubrir a una artista de las manualidades con goma eva. Una actividad en la que esta peluquera en stand-by desde el inicio del estado de alarma se va superando día a día hasta lograr trabajos de gran calidad que empezó mostrando en las redes sociales y que le ha granjeado numerosos pedidos de amigos, familiares y particulares lo que le aporta unos pequeños ingresos en este difícil período de inactividad laboral. “Todo empezó porque yo quería hacerle un regalo floral para el día de mi ama y yo, que con mi madre soy uña y carne, pensé en hacerle algún regalo floral más personal sin recurrir a comprarlo. Incluso pensé en subir al monte para coger las flores y hacer algo con ellas aunque lo deseché porque se podían estropear. Así que empecé a darle vueltas y pensé. ¿Por qué no hacerle yo un ramo? De la misma me metí en Internet y empecé a buscar hasta que di con varios vídeos sobre trabajos en goma eva y me fui a una librería a Gallarta a comprar el material”, rememora esta joven madre de una niña de 6 años, Afrika Jobajuria, paciente de un enfermedad rara.

“Empecé a hacer y vi que me quedó bien y se lo regalé a mi madre a la que le encantó. Lo colgué en Facebook y la gente me preguntaba dónde lo había conseguido hasta que un amigo me pidió si le podía hacer uno para él. Una amiga colgó los ramos en una página de Ortuella y empezaron a llegarme pedidos de gente de Ortuella, de Gallarta o de Santurtzi. Incluso una señora de Murcia me pidió que le hiciera un centro floral y cuatro ramos de flores para el cementerio donde estaba su madre. No me lo podía ni creer, y todavía ayer entregué otro encargo“, señala Alicia que está como loca por esta nueva faceta que le está reportando unos ingresos extraordinarios que ayudan a los ingresos familiares de su pareja Aimar Jobajuria, con los que sufragar los gastos del tratamiento que necesita su pequeña hija Afrika que desde que era un bebé necesita alimentación por vía parenteral debido a su rara enfermedad neurogástrica.

Neófita

A pesar de que perjura que nunca ha destacado por su habilidad manual, esta abantoarra que espera contraer matrimonio con Aimar el próximo mes de julio -después de haber tenido que aplazar su enlace por el coronavirus en mayo- crea desde una simple flor hasta grandes ramos, centros florales y otras creaciones en goma eva como los búhos “pistojos”, marca de la casa, con una calidad que sorprende a propios y extraños. “Yo soy peluquera de profesión y nunca hasta ahora había hecho nada de esto. Ni siquiera soy capaz de coser un botón ni casi planchar”, reconoce esta mujer que apunta cómo el confinamiento le ha dado tiempo y relajación para descubrir su potencial creativo a golpe de tijeras, alicates, sacabocados, pistola de silicona o plancha.

“No me he planteado hacer algo profesionalizado, aunque mis creaciones pueden ser un reto de futuro. De momento he tenido que comprar un armario donde poder meter el material y las herramientas para poder tenerlo todo un poco ordenado”, manifiesta esta joven que con el cierre de los colegios por la pandemia hubo de añadir a la condición de madre, la de profesora auxiliar de la pequeña Afrika para ayudarla con su deberes en euskera e inglés, lenguas que Alicia no domina especialmente. “Además los materiales los tengo que obtener desde un blog a través del móvil y copiar las fichas en papel y luego hacerlas con ella. Es un follón”, comenta Alicia que aún así ha tenido tiempo para compartir con Afrika su nueva dedicación a la goma eva. “Yo hago búhos pistojos y ella ha aprendido a hacer pistojines y flores para el pelo”, subraya Alicia.