Turtzioz - “Estoy muy pendiente de la residencia porque me daba miedo que pudiera generarse un foco de contagio y gracias a Dios no hay casos”, indica el alcalde de Turtzioz, José Manuel Coterón. Dentro de la gravedad, “estamos bastante contentos” con el control del coronavirus en el municipio, “de 511 habitantes en ocho núcleos de población aproximadamente una cuarta parte de los cuales tienen más de 65 años”. Los cinco positivos que Osakidetza confirmó el miércoles “corresponden a gente joven”.

¿Cómo se está comportando la ciudadanía?

-Se lo toman con conciencia. Se ve gente paseando, pero a distintas horas y siempre guardando las distancias. En Turtzioz están haciendo las cosas muy bien y también desde el Ayuntamiento estamos teniendo una serie de detalles: con los niños, porque entendemos que es una época muy dura para ellos, y con la juventud, aunque aquí somos privilegiados porque no vivimos en un piso. Vamos a entregar mascarillas y dulces y sobre todo, nos acercamos continuamente para preguntar qué necesitan.

¿Dificultará el tránsito a la rutina ser localidad limítrofe con Cantabria?

-No. Valle de Villaverde lleva el mismo paso que Bizkaia y algunos vecinos sí que van a trabajar a Guriezo.

¿Qué repercusiones puede tener para alojamientos y locales de hostelería?

-Al hotel y el bar del frontón, que se encuentran en edificios municipales, no les vamos a cobrar la renta hasta que esto pase. Se les ha mandado cerrar el negocio y están agradecidos por la ayuda. Estamos mirando cómo echar una mano con el tema de los autónomos. Estamos informados de que ese aspecto la Diputación se ha portado muy bien, pero aun así pretendemos complementarlo desde el Ayuntamiento con una partida. Alguno hay, aunque no muchos. Vamos a hacer un pequeño estudio dentro de nuestras posibilidades.

¿Y la ganadería?

-Nos hemos reunido con los 22 ganaderos que hay en Turtzioz. Perder la feria del 1 de mayo fue un golpe muy fuerte para ellos, para el pueblo en sí y para los visitantes que vienen de fuera. Supongo que habrá que ir suspendiendo poco a poco todas las fiestas de este año. Me parece que lo único que podremos hacer será reactivar las piscinas sin vestuarios, pero queremos ponernos un poco de acuerdo todos los ayuntamientos de la comarca en que si cerramos, cerramos, y si abrimos, abrimos todos.

¿Es importante mantener la unión de la comarca más que nunca?

-Sí, estamos llevando a cabo encuentros por vía telemática todas las semanas para ver qué actividades pueden volver poco a poco porque no hacer nada también es un poco triste. Por supuesto, guardando las distancias y poniendo los medios que haya que poner para que esto funcione lo mejor posible.

¿Qué servicios municipales permanecen cerrados?

-Se clausuraron la biblioteca, la oficina de turismo y la kultur etxea. Todo el trabajo de estas instalaciones se está realizando desde casa. La biblioteca ofrece la posibilidad de entregar a domicilio libros para leer, todo ese tipo de gestiones en cuanto a material cuentan con un contacto directo con la kultur etxea y la biblioteca y también facilitamos el tema informático. El médico y el ATS vienen todos los días. Le estamos dando funcionamiento a lo que podemos con tranquilidad, porque nadie sabe cómo va a acabar esto.

¿Cómo canalizan la labor en el Ayuntamiento?

-Desde este pasado lunes ya acuden los trabajadores y hoy vamos a abrir de cara a los vecinos, no hay problema de espacio para guardar las distancias. La ciudadanía lleva mucho tiempo sin ir al Ayuntamiento y necesitan información sobre cómo están las cosas. Por nuestro tipo de población, proponer funcionar por Internet nos puede suponer un problema gordo. Hablamos de gente mayor que no está obligada a saber necesariamente de todo. Viven lo que está ocurriendo con cierta intranquilidad. Me siento con ellos y les digo que no podemos abrazarnos, pero hablamos... Ese cariño me parece precioso. Hay quien tiene familia que solía venir los fines de semana y lleva dos meses sin verlos. A otros les ha pillado aquí la cuarentena.

¿Nos cambiará el covid-19 a nivel personal?

-Hablábamos del virus como algo muy lejano y fíjate lo que ha tardado en llegar hasta aquí, nos ha sorprendido. Debería hacernos más amables, cariñosos, cercanos, menos prepotentes, que nos demos cuenta de que no vale para nada sacar pecho. Nos hemos encontrado de repente con un bicho que no vemos y que nos está haciendo pensar.