ZALLA. El informe encargado por Güeñes Bizia en relación a la actividad de la planta de Glefaran ubicada entre Güeñes y Zalla concluye que esta es "incompatible con la salud" y aconseja su "cierre inmediato" mientras la empresa mantiene que "la producción de energía renovable con biomasa es una actividad normalizada en toda Europa, con muchas instalaciones situadas en el hinterland de ciudades con gran densidad de población".El estudio, divulgado a través de la página web y redes sociales de la plataforma, ha sido realizado por el científico jubilado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Fernando Palacios y revisado por el fundador y coordinador de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del hospital La Fe de Valencia Josep Ferris y el profesor de Fisiología y Farmacología y cabeza de la Unidad de Toxicología Ambiental e Investigación Biomédica del Hospital Clínico de Barcelona. Afirman que la quema de madera produce "sustancias tóxicas".

Achacan al titular de las instalaciones no haber adoptado las medidas adecuadas para prevenir los efectos, "en particular mediante a la aplicación de las mejores técnicas disponibles". La razón, que "al haberse ignorado la emisión de sustancias peligrosas en la evaluación ambiental en su conjunto, no se han establecido medidas protectoras que habrían sido necesarias". Además, denuncian que en las modificaciones de la autorización ambiental integrada por parte del Gobierno vasco no se ha dado cauce a la participación pública y aseguran que "la contaminación justifica nuevos valores límite de emisión" y también la revisión de oficio de dicha autorización.

Por su parte, desde la empresa señalan su "compromiso medioambiental utilizando desechos de poda y de la actividad forestal en su mayoría del entorno más cercano" de Enkarterri. Añaden que tras la renovación acometida el pasado año, "en 2019 se obtuvo una media de emisiones de 11,59 mg/Nm3, mejorando tres veces el límite fijado para dentro de cinco años".