OCHO alumnos del Grado Superior de Automoción de San Viator que conducen cuatro vehículos con una antigüedad mayor a veinte años reparados por ellos mismos ya están en ruta a la prueba Uniraid para estudiantes con edades comprendidas entre los 18 y los 28 años, que recorrerá Marruecos desde el sábado y hasta el 23 febrero. Y con un equipaje solidario: bicicletas -que les enseñaron a arreglar en la tienda Demobike de Zalla para que a su vez transmitan sus conocimientos a la juventud de los lugares de destino- y material escolar que distribuirán durante las etapas en las poblaciones asignadas por la organización.

Ayer la caravana automovilística salió de Sopuerta entre aplausos para desearles suerte en una aventura inolvidable que arrancó con nervios. Y es que la reparación de uno de los vehículos se demoró por culpa de una pieza defectuosa. “Tuvimos que volver a la tienda para que nos dieran un repuesto. Hemos hecho la prueba y? ¡funciona!”, comentaron aliviados Peio y Omar Martínez, que pese a compartir apellido no tienen vínculos familiares. Con ellos llevan “bicicletas, rotuladores y un gran botiquín que nos ha cedido la farmacia de Sopuerta”. Sus compañeros Jon San Pelayo y Mikel Rama aportan “chándal y balones cedidos por el Dínamo de San Juan de Santurtzi, zapatos que nos ha dado una tienda y material escolar que nos ha entregado una librería”. Asimismo, “un amigo nuestro organizó una quedada solidaria en Romo” que resultó todo un éxito para sumar apoyos a la causa.

“Salir a esos países les viene bien para ver las necesidades y valorar más lo que tienen aquí, además de que se implican en el proceso desde el principio”, reflexionó Leyre Barreras, de la asociación Frenos al Rojo de Karrantza, colaboradora habitual del proyecto Uniraid. También los ayuntamientos de Sopuerta y Karrantza han contribuido con la iniciativa. “Es importante respaldar la educación en el municipio y más cuando hay un componente benéfico”, señaló la alcaldesa de la localidad anfitriona, Irantzu Ibarrondo. San Viator “es un referente de la comarca, intentamos colaborar y más existiendo la vertiente benéfica”, coincidió el regidor del valle, Raúl Palacio, quien destacó “la participación” y motivación que supone para los estudiantes vivir esta experiencia.

Pertrechados solo con brújula y libro de ruta y sin móviles ni otros dispositivos electrónicos que les orienten, enfrentan siete etapas de norte a sur. Cruzarán el país por el interior, atravesando las dunas, nieve y arena de la cordillera del Atlas a más de 2.000 metros de altitud en dirección al desierto de Erg Chebbi, donde se procederá a la entrega del material solidario. Después, conducirán a Marrakech para finalizar el recorrido de vuelta en Tánger. Como novedad, el circuito cuenta con una etapa maratón de dos días en el desierto incluyendo una acampada bajo las estrellas y otra nocturna.