Es una asignatura en la que la sociedad ha de sacar una nota alta de manera obligatoria si se quiere que el planeta tenga un futuro digno. Ese respeto por el entorno se forja en pequeños gestos, en hábitos y en la manera de trabajar del día a día. El mundo del comercio y la empresa urbana no son excepción y en Ezkerraldea y Meatzaldea hay varios ejemplos de negocios que, en su día a día, trabajan desde la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente, dos de los pilares en los que se cimenta el movimiento slow, una filosofía que, en breves fechas, Ezkerraldenda pondrá en valor con la edición de un catálogo que recogerá los comercios y negocios que impulsan este movimiento.

Una de esas personas emprendedoras que cree en la sostenibilidad, el respeto por el medio ambiente, la atención personalizada y la oferta de experiencias a la clientela es Sonia Hernández. Hace cerca de dos años, puso en marcha Bizi Slow, un comercio afincado en Barakaldo que ofrece cosméticos y productos de limpieza sostenibles, respetuosos con el medio ambiente y en el que la utilización de envases de plástico es mínima. Desde hace una semana, a Bizi Slow se le ha sumado Bizi Granel, un negocio con la misma filosofía, pero centrado en el mundo de la gastronomía. "Esto es una forma de vida, de hacer las cosas. He trasladado a mis tiendas lo que hago en el día a día y pienso que si esta manera de hacer las cosas se pone a pie de calle, se logrará que más gente adquiera estos hábitos", reconoce.

En las estanterías de Bizi Slow y Bizi Granel destacan los productos locales, una de las características del movimiento slow. "Intentamos que los productores sean los más cercanos posibles y que los envases no contengan plásticos. Apostamos por productos sostenibles ecológica y socialmente", explica esta mujer que en sus dos tiendas ha logrado aunar "a los ecologistas de toda la vida, a quien viene a probar y a quienes quieren productos ecológicos y cuyos envases no sean de plástico".

Todo aderezado con un ambiente relajante, en el que se busca bajar las revoluciones del día a día y disfrutar de la experiencia de comprar y, también, de aprender, puesto que se realizan diversos talleres.

Ese ambiente calmado, esa pausa necesaria para disfrutar y recapacitar también se puede encontrar en Vidavital, el comercio que puso en marcha Ana Ramos en Santurtzi hace más de dos años. Nada más entrar, se puede ver una mesa con sillas en las que los clientes se pueden sentar y tomar el respiro necesario antes de adquirir los productos locales y de temporada que hay en este local.

"La gente necesita, cada vez más, hablar, que le escuchen y aquí se les da toda la confianza del mundo", indica Ana, quien antes de poner en marcha su negocio hizo una minuciosa búsqueda de proveedores. "Es complicado encontrar productores idóneos para lo que quieres transmitir con el local", reconoce.

Ella tuvo suerte y ya conocía a algunos productores de Karrantza que son quienes traen las verduras, hortalizas y huevos entre otros a este comercio. El pan llega desde Zeberio, las setas desde Delika y los cítricos, desde la localidad valenciana de Pedreguer. "Busco, también, dar la oportunidad a los nuevos productores", reconoce Ana, quien, desde su mostrador, ve cómo la ciudadanía está más concienciada con el medio ambiente. "Las bolsas que doy son de papel y hay mucha clientela que las reutiliza o que, directamente, me las vuelve a bajar", reconoce esta santur-tziarra.

Por su parte, Carlos Muñoz y Edu Gascón buscan día a día en Karai Serigrafía de Ortuella que la ciudadanía luzca unas camisetas genuinas o que en ningún hogar o negocio falten elementos como calendarios. En su labor diaria, buscan ser sostenibles, respetuosos con el medio ambiente y dar trabajo a empresas que vayan en su misma onda y cuyas condiciones laborales sean buenas. "Por ejemplo, en las camisetas utilizamos pintura al agua para ofrecer una mayor calidad y ser más respetuosos con el medio ambiente", indica Edu Gascón.

Promover la moda sostenible, ese es su objetivo. Sostenible medioambiental y socialmente. "Cada vez hay más gente que se fija en todos estos aspectos, sobre todo, en nuestro caso, la gente joven", apunta Edu. Personas que quieren lucir camisetas originales, de calidad y que, en su proceso de creación se respete al medio ambiente y también a los derechos de los trabajadores.

Esas son algunas de las características del movimiento slow, una forma de hacer las cosas que ejemplifican estos tres establecimientos que, posiblemente, formarán parte del futuro catálogo que elaborará Ezkerraldenda con los comercios impulsores de Slowaldea.