Quizás la próxima Marie Curie sea de Leioa. Un grupo de seis niñas y tres niños del colegio Txomin Aresti acudió la pasada semana a la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) para participar en cuatro talleres que persiguen despertar el interés por la ciencia de los más pequeños, y en especial, de las chicas: elaboraron jabones con glicerina, usaron el microscopio para observar granos de azúcar, aprendieron sobre cromatografía... Una de las niñas ya adelantó que pediría a Olentzero un "laboratorio de juguete". Un buen comienzo para avanzar en este objetivo en el que colaboran el Área de Educación del Ayuntamiento de Leioa y los Servicios Centrales de Investigación de la UPV/EHU (SGIker) y que se enmarca en las actividades de los STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Mathematics) del programa Eskola Sgiker

Los nueve niños y niñas, de 7 años, se acercaron al edificio Martina Casiano, junto a sus tutoras Janire Álvaro y Raquel Sevillano; y en uno de sus laboratorios hicieron jabón utilizando glicerina. Ahí aprendieron los cambios de estado de la materia en función de la temperatura y la composición del color, creando ellos mismos divertidos jabones con este alcohol líquido. Los elaboraron con forma de peces y cangrejos, amarillos, azules y de color violeta. Mientras el jabón tomaba la forma definitiva, los nueve estudiantes se dirigieron al laboratorio adyacente para ver, a través del microscopio, algunas de las sustancias más cotidianas, como, por ejemplo, el azúcar. Los pequeños granos parecían grandes bloques de hielo bajo el microscopio; los nueve se quedaron boquiabiertos. Luego escucharon, de forma divertida y práctica, en qué consiste el concepto de la cromatografía, que es una forma de separar una mezcla de sustancias químicas y se aplica a todas las ramas de la ciencia. El joven alumnado de la escuela Txomin Aresti realizó una colorida práctica para entender el concepto: el desplazamiento de tinta de rotulador con alcohol en el tejido de una camiseta. Así, tuvieron la oportunidad de personalizar con colores las camisetas blancas que llevaron.

Cinco horas de investigación

Los nueve peques estaban deseosos, después de cinco horas de experimentos científicos, de volver al colegio a contarles a sus compañeros lo vivido, y a ensañarles sus camisetas y las jabonetas que iban a llevar a los cuartos de baño de sus casas. No solo las niñas y los niños se entusiasmaron con la visita, también las tutoras volvieron "encantadas con la bonita experiencia", y muy sorprendidas con el gran comportamiento que tuvieron las niñas y los niños en las instalaciones de la universidad. Solo les quedó una pena: que no hubieran podido asistir con toda la clase. Ahora toca esperar unos años a ver si se convierten en brillantes científicas y científicos.