UN vizcaino, el leioaztarra Joserra Sanz, aspira a ser el primero del Territorio en nadar la Triple Corona. Sí: nadar. Y en aguas abiertas. Y con una temperatura bastante fresca. Y sin neopreno. Y hasta con ¡tiburones cerca! Bueno, en el momento en que se hace la prueba en cuestión es improbable que aparezcan... Y a esta competición es, precisamente, a la que acudirá este hombre de hierro el próximo 15 de agosto. Es la que le falta para completar esa Triple Corona y consiste en recorrer a brazadas y de noche los alrededor de 35 kilómetros entre la isla Santa Catalina y la ciudad de Los Ángeles (California, Estados Unidos).

“Me metí en esta aventura con un doble objetivo: es un reto personal y también solidario, para ayudar a Maialen Aulestia y dar visibilidad al Síndrome de Donohue”, explica Joserra. Este vecino de Leioa ya realizó el año pasado el esfuerzo titánico de cruzar el Canal de la Mancha -es la más difícil de la Triple Corona-. Frío, corrientes puñeteras y hasta medusas fueron los indeseables compañeros de viaje de Joserra a lo largo de trece horas de natación extrema. Extenuada. En 2017, el desafío comenzó con la Manhattan Island Marathon Swim, en la que hay que rodear la isla de Manhattan (Nueva York, Estados Unidos) en sentido contrario a las agujas del reloj y siguiendo un circuito establecido. Y ahora, queda una travesía de lo más compleja. Para valientes. “Se te puede complicar mucho”, asegura Joserra, consciente de lo que se puede encontrar. “Es un recorrido que se hace de noche porque por el día hay vientos fuertes que llegan desde el continente y se forman muchas olas; además, es una zona con mucha fauna marina, que actúa más por la mañana. De hecho, puede haber tiburones, por eso a partir de septiembre, por seguridad, no se puede nadar”, comenta este intrépido leioaztarra. Lo que sí podrá ver Joserra serán delfines y ballenas.

Así que bajo la luz de la luna y con una temperatura del agua que rondará los 17 grados -“aunque a 4 kilómetros de la costa, la temperatura baja incluso hasta los 13 grados”, desvela Joserra-, aguardan alrededor de doce horas de nado a pecho descubierto y hacia un récord. Nadie en Bizkaia ha conseguido semejante hazaña. Y en Euskadi, solo una persona: el guipuzcoano Jaime Caballero, otro fuera de serie que parece no tener límites.

La historia de la Triple Corona espera, por lo tanto, a Joserra. Esta gesta empezó en 1987, cuando un par de nadadores se propusieron realizar estas tres pruebas, sin que esté muy claro por qué escogieron estos lugares... El caso es que no lo consiguieron y unos cuantos más lo tomaron como reto. Hasta 2008 lo habían logrado 24 personas, y eran 49 en 2012. Luego, el pique fue a más -con el papel que juegan las redes sociales- y a día de hoy son casi 200 las que pueden presumir de haber completado este triple desafío.

“Me encuentro bien, he estado entrenando mucho en piscina y también en el mar y sin neopreno, claro, para ir habituando al cuerpo. He pasado mucho frío”, reconoce Joserra, que es miembro de Ur Irekiak Galea Taldea. Además, otro integrante de este equipo, David Ryan, nadará en breve el Canal de la Mancha, y si lo consigue, le quedará solamente esta prueba de Santa Catalina para ser el segundo vizcaino con la Triple Corona.

Brazos, cabeza y corazón Joserra está a menos de un mes de poder cumplir ese reto personal. El objetivo es mayúsculo. Es un esfuerzo físico y también, mental. “En los instantes en los que uno quiere bajar los brazos es la cabeza la que tiene que tirar para adelante. Moralmente, tienes que funcionar porque si no, te vienes abajo”, señala el leioaztarra, que contará con el apoyo de su mujer y su amigo Txusmi en la embarcación que le acompañará mientras él nada en la oscuridad.

A buen seguro llevará presente Joserra, a lo largo de esas horas de brazadas de campeón, a Maialen Aulestia, la niña vizcaina de 8 años con Síndrome de Donohue, el único caso diagnosticado en Europa. Es un desorden genético grave que conlleva muchos tratamientos y muy costosos para la familia. Joserra no dudó en surcar los mares para servir como altavoz a Maialen. En agosto, espera Los Ángeles.