Apostar por repoblar sus hectáreas con especies autóctonas para revalorizar el monte y evitar en la medida de los posible los incendios. Residente en el barrio San Martín de Apoita de Mallabia siempre lo ha tenido muy claro a la hora de explotar sus terrenos. Fue en otoño del año pasado cuando decidieron quitar mil pinos que tenían delante del caserío en un terreno de tres hectáreas con el propósito fundamental de plantar especies de roble, fresno, arce, cerezo, haya, abedul, serbales, manzano silvestre, aliso y tilo. "Hemos plantado más 3.200 árboles maderables que se denominan maderas preciosas. Son árboles acostumbrados al clima atlántico, los hongos, a las sequías y excesos de lluvia. Esto con los años se va a transformar en un bosque limpio porque la zarza se pierde con estos árboles", explicó satisfecho Ibon Zubiate.

Con una inversión aproximada de 20.000 euros, el proyecto ha permitido dibujar un futuro bosque con especies autóctonas delante del caserío San Martín. Fueron los padres de Ibon, José Mari y Felixa, del caserío Barandiku, los que le inculcaron el amor a la naturaleza y el respeto al medio ambiente. "El objetivo es crear un bosque productor, de madera de calidad, cercano a la naturaleza. Los dos pilares son trabajar con las especies autóctonas que crecerían en la parcela por sí solas y cosechar sin talas totales, de forma que nos aproximaremos poco a poco a la composición, a la estructura y el funcionamiento de un bosque. Esa es la propuesta ante la lección aprendida de la crisis que hemos vivido en torno a los monocultivos de pino radiata aquí; una crisis semejante en numerosas regiones de Europa en torno a otros monocultivos", puntualizó el experto forestal.

En lo que a sus preocupaciones se refiere, la presencia cada vez mayor del eucalipto se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para muchos vecinos mallabiarras. "Siempre hemos cuidado el bosque muy bien con la idea fundamental de mantenerlo limpio. Por eso tenemos tanta decepción y nos duele muchísimo la presencia abusiva del eucalipto; pan para hoy y hambre para mañana. Desde Mendibil hasta Urko están plantando demasiado y todo ello con químicos a tope; es un auténtico desastre. Lo hacen en bloques, yo le llamo eucaliptolandia Tengo muy claro que su plantación debería estar más controlada y no deberían permitir lo que está ocurriendo. Además lo están haciendo mirando al sur; cuando pega el viento lo más peligroso para que se dé un incendio", lamentó el activista forestal.

La enfermedad denominada banda marrón en las masas forestales de pino, un hongo que arrasó muchas hectáreas, está contribuyendo al incremento pronunciado de la superficie dedicada al cultivo de eucalipto. "Las multinacionales apuestan por plantarlo porque es lo más barato. Con la banda marrón a la gente le han empujado al pánico y se han vendido terrenos de mala manera y muy baratos. A los pequeños baserritarras les llenan la cabeza de pajaritos con números fantasiosos y terminan cayendo. Buscan plantar enormes extensiones de eucalipto para luego poder echar todo a la vez a precio mucho más barato", lamentó Ibon.

Desde el mirador del caserío San Martín puede verse la crestería de los montes Aitzgorri, Udalaitz, Anboto y Oiz, entre otras cimas. La familia Zubiate Pagaegi defiende la presencia de especies autóctonas en los bosques. Los cerca de 3.200 ejemplares plantados en sus terrenos son el fiel ejemplo de una forma de entender y sentir el sector. "Entre ellos compiten para ir hacia arriba para ver la luz del sol. Lo que consigues así es una madera de mucha calidad con pocas ramas y nudos. Está siendo una primavera muy dura, pero antes de que acabe el año saldrán del tubo. Las condiciones idóneas ahora serían 20-22 grados y un poquito de lluvia con sol", explicó Ibon desde la plantación autóctona.

Ayudas previas

Ilusionada con ver crecer sus especies, la familia Zubiate Pagaegi ya piensa en otro ambicioso proyecto de plantar árboles autóctonos en otras cinco hectáreas próximas al caserío. Se trata de una amplia extensión con muchas posibilidades para las denominadas maderas preciosas. Para que sean más personas las que decidan hacer lo mismo, Ibon tiene muy claro que "la Diputación Foral de Bizkaia debería dar las ayudas antes para que la gente se anime a invertir en plantar especies autóctonas", defendió con criterio añadiendo que "a los que tienen pequeños terrenos les diría que se informen mejor antes de mal vender y que nos invada el eucalipto". Una invasión peligrosa y nada ecológica.

"Las multinacionales apuestan por el eucalipto porque es lo más barato y con químicos a tope; es un auténtico desastre"

"Debe controlarse la plantación de eucalipto. No deberían permitir lo que está ocurriendo"

Vecino de Mallabia