Su pasión por las fortificaciones que protegían de sus enemigos a los municipios de Bizkaia le han permitido publicar su noveno volumen: La muralla de la villa de Durango.La muralla de la villa de Durango A sus 47 años, el historiador portugalujo Aitor González Gato lleva más de dos décadas investigando y recopilando información sobre murallas, castillos y casas torre lo que le han permitido completar la colección Murallas de Bizkaia, compuesta por otros ocho libros anteriores dedicados a las murallas de Bermeo, Portugalete, Elorrio, Bilbao, Lekeitio, Orduña, Plentzia y Balmaseda. El dedicado a la muralla durangarra es el último de la exitosa compilación. “La muralla de Durango es un tema nunca antes estudiado de modo monográfico. Los artículos se encontraban muy desperdigados y ahora pueden leerse en un libro con informaciones inéditas, toponimia nueva y aderezado con fotos, grabados y planos antiguos”, valoró satisfecho con el trabajo realizado su autor.

Su última publicación dedicada a la muralla de Durango es un exhaustivo estudio de 287 páginas sobre la cerca de la villa medieval, en donde se profundiza en sus avatares históricos: construcción, reformas, usos, y derribos, entre otras cuestiones, todo ello con información inédita hasta la fecha. El libro se completa con medio centenar de fotografías antiguas y modernas, planos, grabados antiguos y recreaciones a base de maquetas.

Como notas curiosas del libro, el historiador trata con profusión las imágenes de santos y vírgenes que los portales ostentaron, la mayoría de ellas perdidas. Asunto especialmente interesante también el referido al derribo de la muralla y sus puertas, temática muy poco documentado en la bibliografía actual. “Creo poder decir que he descubierto documentos inéditos muy interesantes al respecto. Asimismo, reservo un capítulo específico para la edificación del actual portal de Santa Ana, obra barroca de 1744. También descubro toponimia, hoy desaparecida, directamente relacionada con la muralla: Virginoste, Kalebarriosteta, Kanpantorreosteta, el Camino de las Cercas”, adelantó el historiador portugalujo.

Para poder documentarse de manera fidedigna, Aitor González ha utilizado información del archivo municipal de Durango, del archivo Histórico Foral, del archivo Histórico Provincial de Vizcaya, además de recurrir a los boletines oficiales de Bizkaia y del País Vasco. Asimismo, el historiador consultó prácticamente toda la bibliografía existente sobre el desarrollo urbanístico de Durango y numerosas noticias aparecidas en prensa. “Tengo que decir que tuve muchas dudas de sacar este libro porque no existen restos de la muralla a la vista. Lo que pasa es que en el archivo municipal de Durango hay tanta información que daba para ello y me animé a escribirlo”, reconoció su autor.

Hace poco más de un año, Aitor también presentó un libro con información inédita sobre la fortificación de Elorrio. El libro está repleto de curiosidades y entre ellas destaca la que detalla cómo la puerta del campo fue prácticamente derribada en 1905. Fue el interés por preservarla de los dueños del palacio Arespacochaga -la entrada está adosada al edificio- lo que permitió mantenerla. Tras un pleito que se saldó en beneficio de los dueños, la puerta, que data de 1490, pudo ser conservada y hoy es uno de los tantos atractivos turísticos con los que cuenta el municipio. “El tema de las murallas sigue siendo un gran desconocido y ese hueco vengo a rellenarlo de alguna manera. Estas construcciones pasan muy desapercibidas, pero forman parte de nuestra historia y pienso que deben ser estudiadas y conservadas”, apuntó el historiador.

Echando la vista atrás, Aitor recuerda sus inicios en 2001 con un libro “muy humilde” de tan solo 120 páginas que versaba sobre la muralla de Portugalete. “Casi no tenía fotos ni planos; era muy simplón, pero poco a poco fui evolucionando”, valoró satisfecho.

Repasando sus inicios, el historiador recordó cómo con 17 años “un amigo me dejó un libro sobre arquitectura histórica de Bizkaia. Fue un descubrimiento para mí; él fue el pistoletazo de salida a su historia. Quería saber qué había detrás de esas piedras y fui profundizando cada vez más hasta que me di cuenta de que además de leer, tenía que empezar a investigar”, explicó entusiasmado.

Los interesados en adquirir el libro La muralla de la villa de Durango pueden hacerlo en la librería Urrike de la villa. Tratándose de una edición limitada de 100 ejemplares, “la respuesta está siendo muy positiva y ya se han vendido más de la mitad”, puntualizó su autor.

Tras los nueve monográficos de murallas, Aitor va a terminar esta colección con un último tomo donde resumirá todo lo publicado. Bajo el título Murallas de Bizkaia; un libro donde se incluirán también datos sobre otras villas como Gernika o Miravalles”, avanzó el historiador.

“El tema de las murallas sigue siendo un gran desconocido y ese hueco vengo a rellenarlo de alguna manera”

“La muralla de Durango es un tema nunca antes estudiado de modo monográfico”

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