Las galerías Isalo En los últimos cinco años los pocos negocios que aguantaban en el corredor han ido bajando la persiana y han dejado los locales completamente vacíos. Verónica Blanco lleva más de tres décadas despachando a sus clientas en la tienda de moda que regenta. Ella ha sido testigo directo de la degradación que ha sufrido este espacio que llegó a albergar una importante actividad comercial.

Sin embargo, la crisis económica y los cambios en los hábitos de consumo han transformado a estas galerías en un espacio poco apetecible. "Por aquí ya no pasa nadie", cuenta Verónica Blanco. Según explica esta comerciante, que tiene previsto jubilarse el año que viene, si ha aguantado tantos años es porque el local es de su propiedad. "Tengo clientas de toda la vida que me buscan aquí y el local es mío. Si tuviese que pagar un alquiler todos los meses me habría ido hace mucho", confiesa. Sin embargo, Verónica recuerda que estas galerías no siempre han sido un espacio sucio y triste. "Aquí ha habido mucho comercio y bueno, pero con el tiempo todo se ha ido perdiendo. La gente prefiere estar a pie de calle", apunta.

Entre tantos locales vacíos sigue abierta también una zapatería. "Antes estuvimos en otro local más al fondo y hace unos años nos pasamos a este", cuentan. La última en cerrar fue Rosa Echevarría, que en diciembre bajó la persiana de la tienda de chucherías que regentó durante décadas. Todavía el local alberga en el interior juguetes que no se pudieron vender.

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