No es nuevo. En Bilbao sí que lo será dentro de poco, pero en otras ciudades del entorno (Donostia e Iruñea) y en más de 500 de todo el mundo ya es posible ver triciclos eléctricos en los que personas mayores recorren sus calles.

En la mayoría de los casos, redescubren el callejero, las tiendas y los espacios públicos que llevaban años sin ver in situ. Lo hacen con un conductor con el que intercambian recuerdos. Y aunque no den pedales, los usuarios de este servicio experimentan una mejora en su salud. En la emocional.

Todo esto y más ha convencido a toda la Corporación municipal para poner en marcha el programa 'En bici sin edad'. Un paso más que consolida a Bilbao como 'Ciudad amigable'. Y lo hace, además, con el apoyo de todas las formaciones políticas.

Y es que, como en alguna ocasión ha dicho el alcalde Juan Mari Aburto, "la edad no es un obstáculo para participar en la ciudad". E incluir la perspectiva de edad en actividades tan cotidianas como pasear por el botxo en bicicleta es un buen ejemplo.

La idea, propuesta EH Bildu y concretada con las enmiendas del PNV y PSE, busca generar calidad de vida. Este servicio de ocio sostenible y saludable lleva aparejado otra ventaja: el bienestar físico, intelectual y emocional de los usuarios.

No en vano, la iniciativa estaría abierta para personas mayores con problemas de movilidad, que apenas salen de su barrio y que, en muchos casos, desconocen el nuevo Bilbao cuyos entresijos les serían explicados por el chófer.

Pedalear sin prisa y en compañía. O lo que es lo mismo, combatir el aislamiento y establecer un vínculo generacional. Porque en esa estrategia de Bilbao, además de la inclusión y la seguridad, las personas mayores reclamaron establecer vínculos generacionales.