El obispo de Bilbao Joseba Segura hizo un llamamiento ayer en la basílica de Begoña para "poner la salud pública por delante de cualquier otra cosa" y poder así superar la pandemia de covid-19. Segura, que fue la primera ocasión que celebra la Fiesta de la Virgen del 15 de agosto como obispo, apeló a la necesidad de recuperar "la esperanza" y advirtió de que como consecuencia de la pandemia "hay mucha gente que está tocada".

La basílica de Begoña acogió ayer durante toda la jornada la fiesta de la Asunción de la Virgen en un formato reducido, con limitaciones de aforo y sin la tradicional romería, ni el aurresku del alcalde Aburto. Sin embargo, el obispo de Bilbao espera que el año que viene "se pueda hacer de otra manera" y recuperar el ambiente de fiesta y las miles de personas que se acercaban por la colina de Begoña a celebrar este día tan señalado en el calendario.

Eso sí, por segundo año consecutivo se celebró la festividad con fieles devotos; miles de personas se acercaron a lo largo del día a hasta las inmediaciones de la basílica. Porque a pesar del mal tiempo, con las mascarillas bien puestas y los paraguas abiertos fueron muchos los que hicieron cola para entrar en el templo y ver a la Amatxu; la pandemia no puede con la tradición, ni con la devoción que sigue intacta.

Por segundo año las inmediaciones de la basílica no se llenaron de puestos con rosquillas, estampas de la Virgen, ni de flores. La situación epidemiológica provocada por la pandemia tampoco ha permitido este año que el talo con chorizo, ni del chocolate con churros adorne con su aroma una festividad que anualmente movía a 150.000 personas procedentes de diferentes puntos de la geografía vizcaina. Seres queridos que se han ido, enfermedades superadas, la fe por salir todos juntos adelante de la pandemia... La gente tenía razones múltiples para estar allí: "Yo creo intensamente en la Amatxu desde pequeña. He pasado dos cánceres y me ha ayudado muchísimo", confesó Maribel, una basauritarra que no falló ayer tampoco a la tradición de cada año. Otra visitante que llegó desde Leioa, Mónica, no ocultó que lo importante que es este día para ella: "La Amatxu es una referencia, y me gusta venir este día si estoy aquí. Ha sido un año duro por razones personales, pero quiero dar gracias por lo bueno, y de paso pedir que lo queda de año y el que viene nos vaya bien".

Ni la lluvia ni el covid frenan a devoción por la Amatxu de Begoña

Ni la lluvia ni el covid frenan a devoción por la Amatxu de Begoña

JORNADA LLUVIOSA

La lluvia no cesó a lo largo de la mañana, pero la basílica se llenó hasta el límite del aforo permitido para la Misa Mayor de las 12.00 horas. Sin embargo también son muchos los que acudieron al templo con el único fin de venerar a la patrona de Bizkaia y vivir el ambiente que se genera. En ese sentido, David, vecino de Santutxu que acude cada año a esta festividad, expresó su deseo para que "esta situación pase pronto", y así poder también celebrar bien el año que viene. No obstante, también lamentó que no se abriera al menos "un puesto de rosquillas", considerando que se podría haber hecho algo más en ese aspecto.

El goteo de peregrinos fue constante y los fieles accedieron al templo tras hacer cola. A la homilía de las doce acudieron representantes del Ayuntamiento de Bilbao, encabezados por el alcalde, Juan Mari Aburto. También estuvo presente la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui y el concejal de Obras Públicas, Asier Abaunza.

No hubo hueco para bailar el aurresku fuera del templo, pero dentro sí que hubo cabida una vez más para los dantzaris de Beti Jai Alai, quienes fueron los encargados de cerrar la misa con una espectacular ezpatadantza frente a la Amatxu.

el ambiente de antaño

Quienes acudieron ayer a la basílica confesaron que se hace "raro" pasar por la explanada y solo ver a personas esperando para entrar en la basílica. "Es inevitable no pensar en el ambiente que se generaba antaño". Lo que sí se mantiene es el estand de la Cofradía de Begoña en la que se puede adquirir la lotería de navidad. "Aquí seguimos, dando lo que podemos, pero al final la Amatxu sigue estando que es lo importante y la gente sigue viniendo, y esto demuestra que la gente no viene solo a la fiesta", contaba ayer Jon, cofrade que echa una mano en el puesto de lotería. No obstante, a pesar de intentar dar lo mejor de sí, admitió que con la situación de hoy en día las ventas han bajado: "Se vende mucho menos, nosotros antes vendíamos un poco de todo y ahora solo podemos vender la lotería. Entonces sí que es verdad que nos afecta, porque al final esto es lo que nos da un poco de vidilla para el resto del año". Este año tampoco se celebró la misa de las 4.00 horas. Aunque las peregrinaciones nocturnas han ido menguando, todavía son muchos los que sujetos a una tradición ancestral caminan desde sus municipios de origen para alcanzar el templo. "Hemos pillado ya tres chaparradas y luego sirimiri", dijo entre risas Nerea que hizo el camino desde Sopuerta. Así las cosas, quedó demostrado que la Amatxu sigue atrayendo a fieles de toda Bizkaia y que la tradición sigue más viva que nunca, así como el deseo de celebrar este día como antes de la pandemia.

"Es muy importante recuperar la esperanza porque hay mucha gente que está tocada"

Obispo de Bilbao

"Ha sido un año duro por razones personales, pero quiero dar gracias por lo bueno"

Vecina de Leioa

"Aquí estamos, dando lo que podemos, pero la Amatxu sigue estando que es lo importante"

Cofrade

"Espero que esta situación pase pronto y poder celebrar bien el año que viene"

Vecino de Santutxu