A mochila, el palo selfi y las playeras eran los indispensables del turista hasta que llegó el covid. Ahora, a estos must, se les añade la mascarilla. A los sentimientos que van ligados a viajar, como la ilusión, los nervios y las ganas de descubrir nuevos lugares, hay que sumarle ahora el de precaución. El covid ha cambiado la forma de hacer turismo, sin embargo, no ha hecho que desaparezca, las vacunas y las medidas sanitarias hacen que los turistas se sientan más seguros y se animen a acercarse a Euskadi. Es el caso de Alba, Luis, Oscar, Edgar y Alicia. Este grupo de amigos segovianos no se había animado a viajar desde que saltaron todas las alarmas. “Hasta que no hemos estado todos vacunados no hemos salido de Segovia”, afirma Alba. “Teníamos ganas de venir al norte para que Luis, que se ha mudado aquí por amor, nos llevase a comer pintxos y nos enseñase a Puppy”, señala.

Al igual que Alba y sus amigos, la familia de Lourdes tampoco había salido de vacaciones desde que el covid se instauró en la vida de todos. En su caso, han elegido Donostia para hospedarse, sin embargo, “Bilbao era una parada esencial”, aseguran. “Estoy enamorada de Euskadi”, apunta Lourdes, a la que no le supone inconveniente alguno que Lorenzo no aparezca por aquí. “Estamos encantados con el tiempo, sabíamos que en Bizkaia íbamos a encontrar un respiro a los cuarenta grados que tenemos en Ciudad Real”, afirma.

Es innegable que las gafas de sol no están siendo necesarias para visitar Euskadi este verano, pero ni el mal tiempo, ni el covid, han hecho que los turistas dejen de querer cruzar la ría en barco o pasar una mañana comiendo pintxos en los bares de Bilbao.

José María e Israel lo tenían claro: primera parada, Plaza Nueva de Bilbao. “Hemos llegado hace una hora desde Valencia y no hemos dudado. Teníamos hambre y sabíamos que los pintxos del Casco Viejo no nos iban a fallar”, aseguran. A la hora de hacer turismo, Israel asegura que mientras se cumplan las medidas no le “preocupa” el coronavirus. “Hay que tomar precauciones como procurar comer en terrazas y ponerse la mascarilla en las zonas más concurridas”, señala. “Hemos estado con la familia en una casa y para estar más tranquilos y seguros nos hemos hecho todos un test que nos confirme que somos negativo”, añade José María. En lo que al tiempo respecta, aseguran que “el contraste entre el calor de donde venimos y la temperatura de Bilbao es perfecto”.

Aunque el covid ha frenado los viajes al rededor de todo el mundo, la oficina de turismo de la Plaza Circular contaba ayer con una larga cola de turistas que esperaban para conseguir un mapa de la capital vizcaina. Maggi y Adrián, nada más ver la cantidad de turistas, decidieron evitar la espera y aprovechar el mapa que se encuentra en la fachada de la oficina para decidir su próxima parada.

Aunque ella es de Donostia y él de Valladolid, ambos viven en Madrid y afirman que el covid no les ha frenado su visita a Bilbao. “En Madrid nos relacionamos con mucha gente y estamos acostumbrados a cumplir con las medidas sanitarias, por lo que venir aquí a pasar unos días no suponía un riesgo”, explican. “Hemos pasado el covid, por lo que en cierta manera tenemos anticuerpos, aún así, la mascarilla se ha convertido en un compañero más en este viaje”, añaden. En lo que a su itinerario por Bilbao se refiere, Adrián afirma que su próxima parada será “tapear en la Plaza Nueva”, a lo que Maggi le corrige entre risas: “Iremos a tomar unos pintxos”.

Perfil del turista

Otro de los planes recurrentes para los turistas en Bilbao es el txinbito, el barco con el que puedes conocer la ciudad desde la ría. Alicia, encargada de Bilboats (empresa que gestiona estos viajes), asegura que “ha habido semanas muy movidas con mucha afluencia de turistas”. “A lo largo de este verano la mayoría de los turistas han sido nacionales, no es muy habitual que venga gente de fuera del Estado”, explica. “Normalmente me cuentan que cogen vuelos muy baratos con poco tiempo de antelación”, añade. En lo que a los turistas extranjeros respecta, aunque son pocos, Alicia matiza que “sorprendentemente si vienen de fuera del Estado vienen desde Estados Unidos o Francia, este año apenas han venido británicos”.

En cuanto a la afluencia de turistas, Alicia señala que los martes hay un incremento significativo: “De las 80 plazas que tiene el barco, los martes de verano no ha quedado ni una plaza libre en ninguno de los 4 viajes diarios que hacemos ”, afirma.

Tras cada viaje, los turistas pueden ver cómo, con el fin de ofrecer un viaje seguro, los responsables de Bilboats desinfectan barandillas y asientos antes de montar al próximo grupo dispuesto a conocer Bilbao desde otro punto de vista.

Mar, Jesús, Marta, Miriam y Marc son unos de esos turistas que no quieren perderse la visita a Bilbao desde el barco, sin embargo, aprovechan también el tiempo en tierra para ver otros monumentos a fondo. “Hemos venido desde Lleida porque Marta ha hecho bachillerato artístico y quería ver el Guggenheim”, afirman.

Jesús y Mar son sanitarios y aseguran que están “habituados al coronavirus”, por lo que viajar no les da miedo “siempre y cuando se cumplan las medidas sanitarias”. “El hotel nos da tranquilidad ya que hay guantes en el comedor, nadie va sin mascarilla y hay bastantes puntos con gel hidroalcohólico para la limpieza de manos”, señalan. Sobre su visita a la villa, Mar asegura que le trasmite “sensación de tranquilidad”, además, añade que “este tiempo no nos limita a la hora de hacer turismo, no veníamos aquí a la playa”. “El norte es siempre un acierto”, sentencia.

“Sabíamos que en Bilbao íbamos a encontrar un respiro a los 40 grados de Ciudad Real”

Turista procedente de La Mancha

“Hasta que no hemos estado vacunados todos no nos hemos atrevido a salir de Segovia”

Visitantes que ha llegado desde Segovia