Ata las dos tablas de surf al techo, quita la toma de electricidad y le pega un manguerazo al capó, quiere tener la caravana lista para su siguiente parada en Francia, donde ha quedado con un conocido. Anette Etezadzadeh, de Hamburgo, se encuentra en el ecuador de su viaje a bordo de su Volkswagen Ocean, que comenzó hace dos semanas en el sur del Estados español y tiene como destino Reino Unido.

Antes de ayer salió sola desde Galicia, donde estuvo con unas amigas, pero paró a hacer noche en el parking de autocaravanas situado sobre Bilbao en la cima del monte Kobetas para recargar las pilas. “Tiene unas vistas increíbles, es la primera vez que vengo pero el sitio está muy bien: el chico que me ha recibido es muy majo y los servicios están fenomenal”, comparte.

60% TURISTAS ESTATALES

Etezadzadeh forma parte del 14% de los turistas de procedencia alemana que han visitado este parking desde su reapertura el día 1 de julio, según informa el agente de aparcamiento, Matías Avanzini. Indica también que alrededor del 60% de los visitantes llegan desde el propio Estado, especialmente desde Cataluña y las comunidades sureñas como Andalucía.

Aunque no han pasado ni dos semanas desde que volvieron abrir después de haber estado cerrados desde marzo del año pasado, al comienzo de la pandemia, los huéspedes han ido aumentando rápidamente hasta ocupar este domingo casi 50 de las 72 plazas disponibles. Entre sus servicios más destacables se encuentra la toma de agua y de electricidad y el vaciado de aguas grises y negras.

"NOS VAMOS RECUPERANDO"

“Todavía no estamos a tope pero nos vamos recuperando. Yo creo que agosto va a estar movido, confío en que antes de que acabe este mes tendremos el primer lleno de la temporada. Estoy notando un aumento sobre todo en las autocaravanas alquiladas, hay mucha gente que llega y se tiene que bajar a mirar la matrícula porque no se la sabe”, explica Avanzini.

Un piso más arriba, José Manuel Casado y sus tres acompañantes instalan la toma de agua y de electricidad con la ciudad de fondo. “Acabamos de llegar, ya hemos estado en Bilbao más veces pero nunca en caravana. Hemos venido a este parking porque nos lo han recomendado y aunque no nos ha dado a tiempo ni a ir al baño todavía, el sitio tiene una pinta estupenda y las vistas son maravillosas”, comenta Casado.

Del mismo modo, considera que más gente está optando por pasar las vacaciones sobre ruedas ya que no quiere compartir espacio con desconocidos en otros medios de transporte como el avión y asegura que este año está viendo más caravanas por las carreteras que el pasado y los anteriores.

“La mejor parte de tener una casa móvil es la libertad y autonomía que proporcionan, puedes hacer lo que te de la gana y dormir donde quieras. Sin embargo, es cierto que son vehículos muy grandes, por lo que en muchas ocasiones circular y aparcar en zonas céntricas se complica bastante”, apunta el gaditano.VIAJES IMPOVISADOS

Cinco parcelas a la izquierda, la canaria Consuelo Bañares, que salió de Madrid el viernes, realiza junto a sus dos compañeras el mismo ritual que Casado. “Llevamos una hora en el parking y lo hemos estado preparando todo. Siempre que venimos a Bilbao paramos aquí, la vista es espectacular y puedes coger la guagua (autobús) aquí al lado por si quieres bajar a la ciudad”, dice. Además, destaca las salidas de agua, que no suelen ser habituales.

Según comenta, antes viajaban de hotel, pero luego descubrieron la autocaravana. “Lo mejor es la posibilidad de ir y pararte donde quieras, ves un sitio bonito y dices: nos quedamos. No es un viaje organizado y te da la oportunidad de descubrir muchos sitios que no están en la típica ruta turística. Por otro lado, lo peor es el espacio, que es bastante apretado para cuatro personas, y la gasolina, que está por las nubes”, concluye Bañares.