El Plan Especial para el Proyecto de Ampliación y Reforma del Museo de Bellas Artes fue aprobado en el pleno celebrado el jueves, sin el apoyo de los grupos de la oposición que coincidieron en la necesidad de estudiar este proyecto en profundidad para valorar la protección del edificio o, incluso, la posibilidad de que sea la ciudadanía la que decida. Sin embargo, Asier Abaunza, delegado de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos aseguró que “cumple rigurosamente” con la Ley Vasca de Patrimonio de 2019, que “no establece ninguna protección específica para este edificio”.

El documento fue presentado en junio en el Consejo Asesor de Planeamiento de la Villa, para después ser aprobado inicialmente en Junta de Gobierno, el pasado 29 de julio. Tras este trámite, se sometió al correspondiente periodo de Información Pública, fruto del cual se han recibido dos alegaciones, desestimadas en la sesión plenaria.

El Plan Especial cuenta con los informes favorables de las administraciones competentes o afectadas (Aviación Civil, Consorcio de Aguas, Departamento de Transportes y Departamento de Cultura de Gobierno vasco...); y desde el Área de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos se han pedido asimismo los informes municipales correspondientes que dan por bueno el contenido del plan. No obstante, los grupos de la oposición cuestionaron la ejecución de esta ampliación y solicitaron que se estudie de manera más detenida.

Hasta el momento, el Museo de Bellas Artes se ordenaba urbanísticamente por el Plan Especial aprobado en 1998 con motivo de su última ampliación. En 2019 se convocó un concurso internacional para la selección de un proyecto que permitiera ampliar y adecuar las necesidades expositivas actuales del museo, resultando como propuesta ganadora la de la UTE Foster + Partners & LM Uriarte Arkitektura, en base a la cual se ha redactado el nuevo Plan Especial.

La ordenación propuesta en el mismo persigue una serie de objetivos, tales como el respeto del patio Arriaga, como espacio al servicio del museo, de la plaza de Chillida como espacio público, del arbolado de mayor porte, de los edificios existentes proponiendo las intervenciones necesarias para la integración y reordenación de los espacios y usos derivados de la ampliación así como la recuperación de la entrada al museo por el acceso original del primer edificio.

Nuevas instalaciones

En base a estas cuestiones, en el Plan Especial para el Proyecto de Ampliación y Reforma del Museo de Bellas Artes está previsto la creación de un nuevo volumen edificado de dos plantas; en vuelo sobre el patio Arriaga y la cubierta del actual museo y sobre la fachada oeste.

Además, se va a recuperar la entrada original mediante una nueva escalinata que resuelva la accesibilidad. El proyecto plantea la comunicación de la entrada con el patio Arriaga a través del rasgado de la fachada sur del edificio original y el cierre acristalado del patio. Una nueva escalera de evacuación apoyada en el extremo del cuerpo de la ampliación de la fachada este y sendas estructuras portantes en el exterior tanto del patio Arriaga como de la fachada oeste. La superficie de la parcela adscrita al museo no se modifica y la edificabilidad se incrementa en 148 metros cuadrados bajo rasante y en más de 7.400 metros cuadrados sobre rasante.

El concejal de EH Bildu Asier González consideró que este proyecto “va demasiado deprisa y no procede. Además se está hurtando la posibilidad de participación y de debate académico real”.

La portavoz de Elkarrekin Podemos, Ana Viñals, recordó que su grupo municipal ya se posicionó al respecto de este Plan planteando sus dudas porque, “en muchas ocasiones, la singularidad del proyecto arquitectónico suele ignorar los daños colaterales en la ciudad”. En su opinión “no es muy normal que se adjudique el proyecto de ampliación del Museo de Bellas Artes a Norman Foster, siendo un miembro del patronato de su propia fundación parte del jurado del concurso”.

Desde el PP, el concejal Gabriel Rodrigo cuestionó el cerramiento del patio Arriaga porque los bilbainos “pierden un espacio público” y consideró que la intervención propuesta “condiciona tanto el bien protegido como el entorno”.

Abaunza subrayó que Patrimonio de 2019 “no establece ninguna protección específica para este edificio” y subrayó que “si la construcción del museo Guggenheim se hubiera sometido a votación hoy no existiría”.