LOS 48 niños y niñas procedentes del Sahara y de Europa del Este acogidos por familias vizcainas para pasar el verano en Euskadi fueron recibidos ayer en el Salón Árabe del Ayuntamiento de Bilbao por el alcalde, Juan Mari Aburto. El acto, al que también acudió la concejala de Cooperación, Convivencia y Fiestas, Itziar Urtasun, estuvo protagonizado por los niños, que disfrutaron de un espectáculo de magia antes de recibir las recomendaciones de Aburto y los responsables de las principales asociaciones que hacen posible su viaje cada verano.

El programa Oporrak Bakean-Vacaciones en Paz favorece desde 1999 la acogida de menores del campamento de Población Refugiada Saharaui de Tindouf, en Argelia, y hace once años que también posibilita la llegada de niños procedentes de familias desfavorecidas de Ucrania, Rusia y Bielorrusia. Desde la Delegación del Frente Polisario en Euskadi y de Ukrania Gaztea, cuyos representantes intervinieron en la bienvenida celebrada ayer en el consistorio, remarcaron la importante experiencia que para estos niños supone pasar un verano en Euskadi. Su estancia les permite conocer nuevas culturas, aprender un idioma y reforzar su salud. “Respirar este aire limpio mejora mucho sus defensas”, aseguraron, pues muchos de ellos llegan con altos niveles corporales de radiación nuclear y logran rebajarlos por debajo de los niveles de riesgo tras su estancia aquí. Bikarte, Chernobileko Umeak, Asociación Chernobil y Acobi son el resto de entidades participantes en este programa.

Aburto invitó a los niños a sentirse “como en casa” e hizo partícipes del acto a los más pequeños preguntándoles sobre sus ilusiones y expectativas. Los pequeños, que esperan poder disfrutar con su familia de acogida de las playas y las piscinas, además de hacer excursiones por el monte y conocer nuevos pueblos, fiestas y costumbres.

Verano en valores Este verano tan especial para ellos destaca los valores de compromiso, justicia social y generosidad de la villa, remarcados en los proyectos Bilbao Balioen Hiria y Bilbao Ciudad Amiga de la Infancia. El agradecimiento del alcalde se extendió también a las familias, cuya solidaridad e implicación es indispensable para permitir la llegada de más menores cada año. Las asociaciones organizadoras, que viajan a las zonas afectadas, trabajan sobre el terreno y hacen seguimiento de los niños que viajan cada verano, creen que este programa, para quienes han nacido en zonas desfavorecidas o de conflicto, ofrece una gran oportunidad para crear esperanzas de poder disfrutar de un futuro mejor.