Bilbao - El alcalde de Bilbao anunció ayer que la nueva estación de autobuses que se construye bajo tierra en Garellano empezará a atender pasajeros en octubre próximo. Esta será una de las 120 acciones que se comprometió ayer a cumplir en los próximos cien días, una hoja de ruta a corto plazo que significa, según Juan Mari Aburto, que “tenemos un gobierno en marcha, que no para ni en verano y que tiene toda la maquinaria al cien por ciento para responder a las necesidades de lo que son nuestras dos prioridades: barrios y personas”.

En este próximo trimestre largo la iniciativa que más afección tendrá para los bilbainos y visitantes es la inauguración de la Termibus soterrada. Aburto explicó que “estamos “en la fase final, culminando las instalaciones”, pero “necesitamos realizar pruebas en agosto para que en septiembre podamos empezar a dar servicio con una infraestructura de ciudad, de naturaleza muy importante”. Detalló que “no solo va a dar servicio desde el punto de vista de la movilidad de la ciudad, sino que va a generar un cambio importante en todo este entorno”.

Asier Abaunza, concejal responsable de Obras y Planificación Urbana, explicó más detalladamente que setiembre también será un mes de comprobaciones y permisos para que se inaugure el servicio a pleno rendimiento. En la memoria está como la estación de autobuses de Donostia, también soterrada, tuvo que estar parada casi tres semanas después de su apertura en enero de 2016 por un problema con la evacuación de humos en caso de incendio.

En este sentido aseguró que hay que llevar a cabo “bastantes gestiones” con otras administraciones que tienen que certificar todas las instalaciones y, por lo tanto, “nuestra intención es que durante agosto y septiembre consigamos realizar todas esas gestiones, de tal manera que a la vuelta del verano la estación pueda estar en servicio”.

Abaunza, que el miércoles giró una visita a las obras, concretó que en la zona más cercana a la calle Gurtubay “se está con los acabados de la estación y terminando las instalaciones”, y en la parte de la calle Luis Briñas, “que es la que se ha terminado de forjar más recientemente, se ha iniciado ya la colocación de las instalaciones”.

En declaraciones posteriores a DEIA, el edil jeltzale fue rotundo al decir que “en octubre tiene que estar operativa si o si porque en caso contrario la concesionaria tendrá que empezar a pagar penalizaciones al Ayuntamiento” tal como recoge el contrato firmado por ambas partes para la construcción de la estación de autobuses soterrada y el edificio por encima. Un bloque que ya ha alcanzado la quinta planta de altura y albergará una residencia de estudiantes y un hotel.

Salida obligada de la provisional El cumplimiento de la fecha en octubre además viene marcado por la obligación que tiene el Ayuntamiento de dejar libre la parcela de forma triangular donde ahora mismo presta servicio la Termibus provisional. Una salida hipotecada también por contrato con la sociedad Bilbao Ría 2000 que tiene que entregar este solar al Grupo Arrasate, la promotora de cooperativas que se hizo con el terreno para levantar la última torre del desarrollo urbanístico de Garellano que acogerá un total de 166 viviendas y ha sido diseñada por el prestigioso arquitecto británico Richard Rogers.

Aburto realizó la presentación de este paquete de compromisos acompañado de su núcleo más próximo de concejales, los responsables de la siete macroáreas en que se ha dividido el equipo de gobierno PNV-PSE. Estuvieron Gotzone Sagardui (Coordinación de Alcaldía), Alfonso Gil (Políticas de Movilidad y Sostenibilidad), Juan Ibarretxe (Políticas Sociales), Asier Abaunza (Desarrollo Urbano), Gonzalo Olabarria (Políticas Culturales) y Amaia Arregi (Seguridad Ciudadana).

El alcalde puso en valor muchas de las iniciativas que su equipo llevará a cabo y destacó como la medida con la que quiere iniciar su segundo mandato es la renovación de la firma del Código de Conducta, Buen Gobierno y Compromiso con la Calidad Institucional. Este “código ético” fue firmado por todos los ediles, salvo los de EH Bildu, el mandato anterior, en noviembre de 2015, y Aburto quiere que los nuevos corporativos renueven ahora ese compromiso.