El amor no tiene barreras. Así lo demostraron una decena de personalidades de la sociedad bilbaina que ayer, día de San Valentín, se acercaron hasta el Hotel Ilunion para vivir una cita a ciegas con el objetivo de sensibilizar sobre las dificultades que genera prescindir del sentido de la vista. Con muchos nervios y con el antifaz puesto comenzaron a entrar por la puerta del comedor de la cadena hotelera una decena de rostros conocidos del mundo de la cultura, la política, el deporte...

“Me está entrando calor”, dijo el exjugador del Athletic Daniel Ruiz Bazán una vez sentado. Angustia es lo que empezaron a sentir todos mucho antes de degustar el exquisito aperitivo elaborado para la ocasión por Beren Beregi.

Andoni Crespo, uno de los trabajadores del hotel y que cuenta con una discapacidad, fue el encargado de guiarles en esta divertida aventura. Y es que según apuntó el director de Desarrollo de Negocio del Hotel Ilunion, “el 28% de nuestro trabajadores cuentan con algún tipo de discapacidad y es la única cadena hotelera que tiene el certificado universal de accesibilidad”. Esta iniciativa es importante para ellos puesto que logran generar empatía, en este caso, entre los comensales.

Algunos como Dani repetían experiencia, otros en cambio, se estrenaban en este reto que cumple doce ediciones y que está organizado por BilbaoCentro, ONCE y el Hotel Ilunion. “Pongan la mano en el centro de la mesa ya que tienen la servilleta. A la izquierda está el cuchillo y a la derecha el tenedor. Ahora les están colocando unas tablitas de madera con embutido”, comentó Crespo cuando tuvo que hacer una pausa porque a José Antonio Nielfa, La Otxoa, todavía no le había llegado su plato. “Ahora situémonos mirando a un reloj. A las doce tenéis el lomo, a las tres el jamón, a las cinco salchichón, a las seis el pan, a las seis y media el queso de pastor y a las siete paté vasco de campaña”, prosiguió.

Olga Zulueta, de la asociación de comerciantes de la villa, dio el pistoletazo de salida a esta cata y cita a ciegas en el que nadie sabía con quién estaba compartiendo mesa. “¿Estoy untando bien?”, lanzó al aire la concejal del PP en el Ayuntamiento de Bilbao, Beatriz Marcos. Las indicaciones y técnicas de Crespo les ayudaron a desenvolverse con soltura, no solo con la comida, sino también con los cubiertos.

Angustia “En todo momento tienes una sensación de angustia porque dejas de ver lo que ves habitualmente. Me dan ganas de levantarme pero aquí nos están indicando muy bien si no esto sería un desastre. Sobre todo hubiésemos tenido que funcionar con la mano porque yo soy incapaz de utilizar el cuchillo y el tenedor. Es muy complicado”, apuntó el exfutbolista Dani mientras continuaba teniendo los ojos tapados. La cita transcurrió entre risas. Incluso les permitió conocer sus gustos y entablar una conversación diferente olvidando por un momento el tema laboral. Mientras degustaban el segundo aperitivo, un bol con pintxos ahumados, el presidente de UNICEF, Isidro Elezgaray, se atrevió a mencionar el nombre de algunos de sus compañeros. “A mi derecha tengo a La Otxoa y un poco más lejos está (la diputada foral de Acción Social) Isabel Sánchez Robles. También he reconocido las voces de Daniel Ruiz y Eder Aurre”, dijo. Tras este momento tocó volver a la realidad. Durante quince minutos se pusieron en la piel de un invidente y comprendieron lo importante que es que todas las personas con discapacidad tengan un apoyo allá por donde vayan. “No somos conscientes de lo que tenemos hasta que lo perdemos ni siquiera de cómo vive mucha gente de nuestra ciudad”, concluyó Marcos una vez finalizada cata y cita a ciegas.