El segundo mercadillo benéfico organizado el pasado mes de diciembre por la agrupación Elkartasun Begiradak, Miradas Solidarias, en la localidad arratiana de Igorre se cerró con una recaudación de 1.800 euros entre la venta de rifas y de objetos usados, pero en buen estado, a los que se da una segunda vida. El dinero obtenido en la segunda edición de esta iniciativa se destinará, íntegramente, a Etxepel, un proyecto de Cáritas de acompañamiento integral a personas en situación de exclusión, sobre todo sin hogar, puesto en marcha en 2014 y con sede en Durango.

Desde la asociación impulsora quieren “dar las gracias a todas las personas que nos han ayudado y acompañado en este mercadillo solidario”, así como a todas las entidades que colaboran altruistamente para hacerlo realidad como “al Ayuntamiento que nos deja las mesas para la venta, la parroquia con un local para almacenar o clasificar las donaciones, el que diseña los carteles, las tiendas que nos permiten exhibirlos… No quisiera olvidarme de nadie, pero es difícil, son tantas personas… Todo Igorre se vuelca con la actividad”, asegura Rosa Compés, trabajadora social en un municipio vizcaíno y una de las cuatro amigas de Igorre que, hace tres años, crearon Elkartasun Begiradak.

Las cuatro mujeres organizadoras se unieron a raíz de la catequesis familiar de sus hijos y el deseo en una educación en valores. “Deseábamos que aprendieran la importancia del trabajo en equipo, la posibilidad real de pasarlo bien haciendo el bien, ayudando a otros, y la conciencia ecológica para reducir, reutilizar y reciclar muchos objetos del día a día” explica aún emocionada recordando los primeros pasos dados. Su interés, determinación y buen hacer han logrado contagiar a otras vecinas y, en esta segunda edición, la iniciativa ha salido adelante gracias a la implicación de Antonia, Alicia, Elvira, Janire, Ana, Dori, Oihane, Yoli, Pili, Bego, Rosa y Carmen.

La primera parte de la tarea arranca con la campaña de recogida de todo tipo de objetos, enseres y ropa de segunda mano en buen estado. “En las casas hay miles de artículos que, aunque estén en buen estado, ya no se utilizan. Muchas familias los donan con generosidad sabiendo que el mercadillo persigue un fin totalmente altruista”, destacan. Gracias a estas aportaciones, el almacén se llena de juguetes infantiles, libros, adornos, bisutería… que se limpia, ordena y clasifica cuidadosamente para después ponerlo a la venta en los stands que se montan en la calle Lehendakari Agirre.

La ilusión del grupo organizador no se ha apagado a pesar de los inconvenientes que está generando la crisis sanitaria a un proyecto que está empezando a echar a andar. De hecho, en 2020 no fue posible llevar a cabo el mercadillo a causa de las restricciones por la pandemia, y la reciente edición de 2021 también se ha visto afectada. “Igorre es un pueblo pequeño y a pesar de tener a muchas personas confinadas, hemos logrado 1.800 euros. Estamos muy agradecidas”. Tanto es así, que ya anuncian su firme intención de volver a organizar este año el mercadillo con la misma ilusión que los dos que ya han celebrado.