Natural de Galdakao, al inicio de la Guerra Civil, Pedro Asúa Zubiaur se alistó como voluntario en el batallón Zabalbide, de Izquierda Republicana, y en junio de 1937, tras la caída de Bilbao, fue hecho prisionero y destinado al batallón de Trabajadores nº15 de la 4ª compañía, en el parque de bomberos de Jaca. Tras un juicio celebrado la tarde del 6 de febrero de 1938, resultó condenado a muerto y fue fusilado a la mañana siguiente. Tenía solo 22 años y todos los indicios apuntan a que su cuerpo fue depositado en una fosa común existente en una de las esquinas del antiguo cementerio de Jaca. Tras años de trabajos de investigación, la familia asegura saber dónde se encuentra enterrado Asúa y su máximo deseo es recuperar sus restos, desenterrarlos y traerlos a su tierra natal.

Para ello, la familia ha presentado una instancia en el Ayuntamiento de Jaca solicitando que se lleven a cabo los tramites de localización y exhumación de los restos Pedro Asúa Zubiaur. En la petición, firmada por un sobrino segundo del fallecido, se precisa que "gracias a las labores de estudio previas, se conoce la ubicación exacta del enterramiento", añadiendo que "es deseo de la familia recuperar su cuerpo y enterrarlo en el cementerio municipal de su pueblo natal, Galdakao". La familia ha pedido también, de manera oficial, una reunión con el alcalde de Jaca para informarle de primera mano de la situación y concretar los trámites a seguir y, además, ya ha contactado con la Sociedad de Ciencias Aranzadi para disponer del apoyo profesional necesario en caso de que, finalmente, se atienda su solicitud de realizar la exhumación del cuerpo.

Por su parte, el Ayuntamiento de Galdakao está apoyando a la familia Asúa en todo este proceso y el alcalde de la localidad, Iñigo Hernando, ya se ha puesto en contacto con el primer edil de Jaca, Juan Manuel Ramón, a través de una misiva en la que explica que "la familia lleva años intentando recuperar los restos y ha pedido ayuda al Gobierno municipal de Galdakao". En esa carta, traslada su disposición a acudir a Jaca con la familia de la víctima y a reunirse con él, para explicarle en persona los pormenores del caso y mantener entre las dos instituciones una comunicación fluida y cercana. "Nos comprometemos a poner a disposición del Ayuntamiento de Jaca y de la familia de la víctima toda la ayuda necesaria. Es por ello que el Consistorio ha contratado los servicios de un historiador para llevar a cabo este proyecto dentro de las iniciativas relacionadas con la recuperación de la memoria histórica, objetivo que entiendo ambos ayuntamientos compartimos", apunta Hernando.