La casa de cultura Ibaigane de Basauri, lugar de encuentro, reunión y de intensa actividad de la localidad, fue ayer lunes escenario de la gala de entrega de los decimocuartos Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak de la comarca Nerbioi-Ibaizabal, un escenario más que apropiado para reconocer a personas, asociaciones, entidades o clubes que hacen pueblo, trabajan por y para los demás, imaginan, crean o se esfuerzan por lograr objetivos individuales o colectivos. Volver a emprender el trayecto que, durante largos e interminables meses, se frenó aquel 14 de marzo de 2020 se está convirtiendo en una tarea complicada y cargada, aún, de miedos e incertidumbres, pero la pesadilla está empezando a dejar ya paso a sueños e ilusiones renovadas, metas que alcanzar y proyectos que, por fin, se han podido reanudar.

Alain Salterain, en su faceta más locuaz, divertida y natural, ejerció de maestro de ceremonias presentando a todos y cada uno de los 9 galardonados de una edición que se abrió con la intervención del alcalde de Basauri. "Hoy estamos aquí para dar las gracias y reconocer vuestro trabajo y para pedir que sigáis tirando de la vida social, cultural y deportiva de vuestros municipios. Os necesitamos. Sois imprescindibles para todos nosotros y para todos los pueblos de la comarca", aseguró Asier Iragorri a premiados, invitados y público. A continuación, el director de Desarrollo de DEIA, Kike Hermosilla, tuvo palabras de agradecimiento hacia una comarca, la de Nerbioi-Ibaizabal, que definió como una de "las más agradables y que mejor nos ha recibido desde que, hace 14 años, iniciamos el proyecto de ofrecer, a través de DEIA y de la sección Hemendik, un escaparate a lo local".

El paseíllo por el escenario de galardonados se inició y cerró con representantes de Basauri. El primer reconocimiento fue para Janabide Basauriko Laguntza Elkartea, asociación que reparte alimentos y productos de primera necesidad entre familias del municipio en dificultades. La pandemia ha supuesto un gran reto para una entidad que echó a andar hace muy poco tiempo, en 2018. "Somos 30 voluntarios y lo habitual era atender a unas 150 familias. Durante la pandemia se incrementó el número hasta llegar a las 200, aunque ahora hemos vuelto a las cifras anteriores", indicaron Josu Zorriketa, Marilu Iruarizaga y Rafa Ibargüen. Y al pie del cañón piensan seguir hasta que sea necesario, aunque su sueño es "desaparecer, porque eso sería indicativo de que no hay gente que requiere este tipo de ayuda".

Y los últimos en recibir el homenaje y el aplauso de sus convecinos, pero no por ello menos importantes, fueron los cuatro Hogares del Jubilado de la localidad: Pozokoetxe, Arizgoiti, El Kalero y Basozelai. Sus representantes, ansiosos por volver a reencontrarse con sus amigos, entretenerse o bailar, interpelaron al alcalde sobre cuándo se reabrirán los centros sociales. Iragorri no pudo dar una fecha exacta "porque queremos contratar a personal que se encargue de controlar estas dependencias y que no asuman esa labor las Juntas Directivas", pero avanzó que ese esperado momento podría llegar "a mediados de este mes". En el ámbito social, también quedó reconocida la labor que desarrolla la asociación de vecinos Lanbarketa, de Arrigorriaga, a la hora de defender los intereses de un barrio "que tiene más de 70 años y en el que vive mucha gente mayor, por lo que hay problemas de accesibilidad, de aparcamientos...", enumeró un nervioso Javi Lazkano acompañado de Jon Uriarte.

La cultura estuvo representada por la agrupación coral Luis Iruarrizaga Abesbatza, de Igorre, que alcanzados ya los 40 años de trayectoria echa en falta relevo generacional para asegurar su futuro. "Somos 32 integrantes, pero en la franja de los 20 a 40 años es cada vez más difícil que venga gente", por lo que animaron a "los jóvenes de Arratia a probar y venir a los ensayos que realizamos los martes y jueves". El mensaje caló hondo en la escritora laudioarra Txani Rodríguez, ganadora del Premio Euskadi de Literatura en la categoría de castellano con su novela Los últimos románticos"Me han dado ganas de apuntarme a la coral", exclamó tras poner en valor lo que ha significado la cultura "para sobrellevar los días duros del confinamiento" y afirmar que "estoy aquí en representación de todos los compañeros de la cultura".

El deporte tuvo como nombres propios al club Galdakao Igeriketa Taldea, por sus dos décadas fomentando la natación "desde los 8 años hasta que el cuerpo aguante, porque tenemos un equipo master", destacó su presidente Ibon Almenara, y a Andoni Cintado, de Zeberio, que con solo 22 años se ha proclamado tres veces Campeón de España de taekwondo y que en septiembre ingresó en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Sus compromisos hicieron imposible su presencia, pero en un mensaje aseguró que "este reconocimiento es brutal y me dará motivación". Amurrio Trail Taldea se llevó un premio por su labor deportiva y solidaria y el cocinero ugaotarra Jon Gil, Campeón de Euskadi de Cocina, explicó los platos que le hicieron ganador, pero, tras una gala que acabó pasadas ya las 20.00 horas, recomendó cenar esa noche unos deliciosos "huevos fritos con patatas".

01. Iñigo Aspiunza, con Janabide de Basauri.

02. Janire Bijueska, del Consocio de Aguas, junto a la asociación de vecinos Lanbarketa.

03. El alcalde de Laudio, Ander Añibarro, y Txani Rodríguez.

04. Ekaitz Mentxaka, alcalde de Ugao, con el cocinero Jon Gil.

05. Foto de familia.

06. El alcalde de Zeberio, Karlos Idirin, con los aitas de Andoni Cintado y Fernando Vallés

07. Kike Hermosilla, con Galdakao Igeriketa Taldea.

08. Asier Iragorri, y representantes de los Hogares del Jubilado de Basauri.

09. El alcalde de Amurrio, Txerra Molinuevo, con Amurrio Trail Taldea, y Ekain Loizaga.

10. Etor Gorroño, del Grupo Meuri, y la coral Luis Iruarrizaga.

El municipio anfitrión abrió y cerró la riada de premios con los concedidos a Janabide y a sus cuatro Hogares del Jubilado

La cultura, el deporte, la acción vecinal, la ayuda solidaria y la gastronomía también tuvieron su merecido reconocimiento