Cuando decidió presentarse no lo hizo con la idea de ganar, pero su escaparate fue el elegido para hacerse con el primer premio en el concurso organizado por Arratiako Merkatarien Elkartea en Igorre. Sonia López Astondoa se afanó para dejar la cara más visible de su establecimiento lo más bonita posible, y el resultado le ha infundido, sobre todo, “ánimos” en tiempos complicados. Los hábitos de consumo de la sociedad han ido cambiando y el pequeño comercio lo ha notado estos últimos años. La situación se ha puesto todavía más difícil para estos negocios, que con la pandemia del covid-19 están resistiendo como héroes y heroínas, dando vida a las calles de las ciudades y pueblos de Bizkaia. Son muchas las asociaciones de comerciantes que han organizado concursos de esta índole, que sirven también para poner en valor al comercio local.

Así fue como Sonia López, que regenta la tienda Orrie, decidió inscribirse este año. No se cuenta entre las habituales en este tipo de certámenes, ya que supone su primera participación. Tal y como cuenta, ha sido toda una sorpresa ganar el concurso, porque tampoco lo esperaba. Aunque el primer premio le ha reportado 150 euros, ella se queda con “todo el reconocimiento que el premio conlleva”. Y es que atender una tienda implica mucho trabajo, y sumarle el preparar un escaparate no es tarea sencilla. “Quienes participan en estos concursos o la gente que monta escaparates sabe que representa tiempo y más esfuerzo del que pueda parecer”. Hay que pensar una idea, darle forma y, finalmente, llevarla a la práctica, plasmando el concepto en el escaparate. López define el suyo como “sencillo, con elementos típicos de navidades como las bolas de Navidad, unos duendecillos, cajas, libros...”. Todo ello está envuelto en paja y ha sabido conjugarlo con la iluminación, que aporta el toque clave. “Lo que quería era darle un ambiente acogedor, un ambiente hogareño, muy navideño”. En este sentido, la luz realmente ha jugado un papel determinante, ya que, unido a los libros, ha logrado crear un pequeño rincón que invita a cogerlos y perderse en sus páginas, acompañado de una bebida caliente y claro, una luz que acompañe a ese mágico momento. Esa era su principal objetivo, “lograr un ambiente acogedor, cálido”, y por eso la iluminación está muy bien escogida. Cómo no, los libros asumen el protagonismo. Aparecen casi una veintena de ellos, colocados en una especie de estantería rodeada de la paja, con adornos… logrando una unión perfecta entre los libros y el entorno.

Reciclar

Para montar los escaparates, le gusta usar “cosas que ya he utilizado antes, reciclar materiales y elementos lo máximo posible”. En esta ocasión, la paja que ha empleado la ha conseguido “gracias a Kontxi, de Garden de Igorre, que me ha guardado la paja que le llega en los embalajes de las flores y la fue acumulando” lo que resultó de gran ayuda en el proceso.

Esta ha sido la primera vez que se presentaba a un concurso de estas características y “calificaría la experiencia como muy buena”. Porque además de ganar “lo veo como una manera de participar en las iniciativas que se organizan”. Asegura que se volverá a presentar en próximas ediciones. Sobre todo quiere agradecer “a la gente que participa y las asociaciones que tratan de que el pequeño comercio funcione un poco mejor”. También “a las personas que compran en el pequeño comercio, que son fieles y por eso funciona”.

La propia Sonia López lleva 18 años al frente de Orrie, muchos años ofreciendo calidad y una cuidada atención. Allí se puede encontrar de todo; desde cuadernos de todo tipo, organizadores, bolígrafos, lapiceros, pinturas… todo lo necesario para estudiar, dibujar, etc. Y cómo no, libros. Orrie “es una librería, papelería, copistería...”, y ahora también, referente de decoración navideña.

“Quería darle un ambiente acogedor, cálido, por eso he utilizado esa iluminación”

“Además de haber ganado, sobre todo me quedo con el reconocimiento”

Propietaria de la tienda Orrie