Uno de sus sueños es convertirse en la primera mujer basauritarra que logra cruzar la meta de un Ironman. En el camino hacia esa meta, Rosa Romero quiere darle la vuelta y lucha porque esa denominación deje de ser solo en masculino, y asegura que aún queda mucho que hacer para lograr romper barreras que la mujer tiene en el mundo deportivo. Romero quiere ser Ironwoman, y terminar una prueba durísima que lleva preparando ya varios meses.

Y eso a pesar de que una lesión la ha obligado a detener su preparación tal y como tenía previsto. Pero la palabra rendirse no entra en su vocabulario, y ya se encuentra otra vez al cien por cien. De cara al reto que tendrá lugar en julio, se ve bien, "estoy con muchas ganas y animada y haciendo las cosas como las tengo que hacer". Se está preparando para las distintas disciplinas que tendrá la prueba y, "aunque está siendo duro, lo está disfrutando mucho". Su preparación incluye nadar, correr, la bicicleta o el gimnasio, y está entrenando "dos o tres horas diarias casi todos los días". Haciendo deporte lleva prácticamente toda su vida, porque "correr me ha gustado desde pequeña". Sí que "ha habido temporadas que lo he apartado, pero desde 2008 llevo practicándolo de forma constante".

Desde que empezara a entrenar le ha cundido mucho, y ya lleva 19 maratones completados. En las competiciones ha logrado distintos logros deportivos, "subiéndome más de una vez al podio", comenta. Según Romero, se ha encontrado con alguna que otra barrera en ese camino. Por ejemplo, "me ha pasado el salir a correr y que me digan cosas, algo que no es agradable".

Pero también le ha chocado mucho que "las propias mujeres hayan puesto en duda que dedicara tiempo a algo que me gusta, como es el deporte". Y es que tal y como relata, "había madres que me juzgaban porque estaba robando a mi hija un tiempo que ya no volvería". También recuerda que cuando comenzó en el triatlón, "tenía que utilizar un traje de hombre, algo que ahora se tiene en cuenta".

Precisamente por esa razón, por esos obstáculos, decidió crear el blog Amabikila. "Era mi diario, en él intentaba explicar lo que sentía cuando corría y lo difícil que era en ocasiones salir de casa, aún con sentimiento de culpa, para correr unos kilómetros", cuenta. Con este reto, que hizo público junto con el Ayuntamiento ha querido, además de cumplir ese sueño, "visibilizar que las mujeres también lo tenemos más complicado en el deporte, porque aunque hemos ganado espacios, no son suficientes".

No obstante, Romero siempre dice que este reto es "una aspiración que no pretende ser ejemplarizante, solo quiero demostrar que se puede". Se siente "muy orgullosa cuando otras mujeres me animan". Ese blog también le ha servido de motivación, "y me reconforta ver que hay muchas mujeres que lo leen y me comentan. Mi hija también me dice que en su clase me siguen en el blog, y la verdad es que aunque sea un poquito, pero si sirve para que las chicas jóvenes vean que pueden hacer lo que les apetezca, estará bien".

También está muy contenta con el grupo surgido gracias a la colaboración de Marienea, con el cual "salimos a correr unas cuantas mujeres y la cosa va a seguir adelante, porque están muy animadas". Hace dos años creó, junto con otra compañera, el club Munay, que nació "sin un afán competitivo, con la idea de que la gente pudiera venir sin obligaciones. Lo creamos hace dos años y ya estamos 40 personas. Es un equipo mixto en el que hay mujeres entrenando y compitiendo" y del cual Romero es la presidenta.