Zeanuri - El 31 de julio, decenas de montañeros y montañeras, además de personas relacionadas con el pastoreo, fieles y gente que quiere disfrutar de una tradición que viene de lejos celebran San Inazio en el Gorbea. Lo hacen en torno a la ermita de Nuestra Señora de las Nieves de Igiriñao o Igiña. Por eso, ayer, en la que se conoce como la catedral natural del Gorbea se dieron cita personas sobre todo llegadas desde los pueblos de Arratia y municipios de la zona como Orozko.

El de ayer era un día de celebración, el tiempo acompañó y el ambiente no pudo ser mejor. Además, este año la cita estuvo marcada por el hermanamiento de Arratia y Araba. En este sentido, la misa la celebraron Álvaro Gastón, párroco de Agurain-Salvatierra y vicario episcopal de la Pastoral Rural de Araba; y Jose Mari Kortazar, párroco de Zeanuri. De esta manera se hizo el hermanamiento de los pueblos de ambas vertientes de este monte.

Se recordó a los mendizales muertos durante el año y a los pastores difuntos. Los allí presentes entonaron el himno a la Virgen de la ermita del Gorbeia Andra Mari Igiñakoa y la marcha de San Inazio, en una misa que comenzó a las 12.00 horas. En las faldas del Gorbea se hizo honor a una tradición que viene de lejos. Además, como explica Kortazar, hasta hace no mucho tiempo “se celebraba misa todos los domingos y fiestas de precepto en la época de verano”.

Una de las razones de realizar allí la misa era la de poder ofrecérsela a los pastores que trabajaban en el entorno, y de esta manera, todos los domingos podían acudir a la celebración eclesiástica en Igiriñao. En la misa se hizo un recuerdo al mensaje del Papa Francisco por la próxima Jornada de los Pobres, y se cantaron los bertsos de Pobreziak baditu (La pobreza tiene?). Agradecieron y mucho, los allí presentes, el tradicional barrauskari, un almuerzo a base de vino blanco y galletas y que es tan típico en la zona de Arratia. Pero no es lo único que se degustó ayer, ya que fueron muchas las personas que se acercaron con algo para picotear. Además, después se quedaron a comer en el monte, siguiendo la celebración y alargando de esta manera un día festivo.

La misa a más altura Kortazar recordó orgulloso que “habrá misas con más fe o devoción, con más o menos acompañamiento musical, pero en altura ninguna misa de Bizkaia gana a la que se celebra en la pequeña ermita de Nuestra Señora de las Nieves o Elurretako Ama”. Y es que en ese paraje de lo más hermoso y a 1.119 metros altitud, en la ermita de Nuestra Señora de las Nieves de Igiriñao se celebra cada año la misa a más altitud del territorio histórico.

En cuanto a la ermita, la actual sustituyó a otra que se ubicaba sobre una capilla muy pequeña levantada a finales del siglo XIX y abandonada en la primera década del siglo pasado. “Fue en 1930 cuando se realizó la obra que culminó con la hermosa ermita rocosa de Igiriñao tal y como se conserva hoy en día”, explicó Kortazar.

Además de la vertiente más religiosa del acto, este día se ha convertido también en una cita ineludible para los amantes de la montaña en general. Es una oportunidad única para disfrutar de la subida hasta las faldas del Gorbea, aprovechando además que la Diputación Foral de Bizkaia fleta autobuses que este año han partido desde Areatza. De esta manera, además, hay personas que normalmente no pueden acceder hasta este punto, que aprovechan este transporte para hacerlo. Durante la jornada, txistularis animaron y pusieron la nota musical a la fiesta.