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El mejor agur de 'Barri'

La zornotzarra Maider Arego conseguía el bronce en el Campeonato de España de agility, en la última carrera de su inseparable ‘Barri’, un Jack Russell de nueve años

El mejor agur de 'Barri'Javier Gallego

Cuando la vecina de Amorebieta-Etxano Maider Arego completó su prueba en la final del Campeonato de España de Agility, disputado el pasado fin de semana en Oviedo, no sabía aún que acababa de firmar una historia perfecta.Tercera de España en la categoría 30, la educadora zornotzarra se quedó unos segundos abrazando a Barri, su inseparable Jack Russell Terrier de nueve años, sin ser consciente de que acababa de subir, por primera vez, al podio estatal. “Yo estaba llorando porque era la última competición de Barri. No me había enterado de que habíamos quedado terceros. Estaba allí aplaudiendo a los demás, y de repente me dijeron que éramos podio. Y vuelta a llorar, pero de alegría”, repasa emocionada el maravilloso momento.

La felicidad de Maider resumía a la perfección 16 años de pasión, trabajo y amor por los perros. En 2022 había quedado sexta, y entonces pensó que era una marca increíble. Este año, sin embargo, el destino quiso que la despedida de Barri fuera también su mayor logro. “No me lo esperaba. Iba a retirarle porque con nueve años ya toca descansar. Ninguno de mis perros ha competido más de esa edad. A partir de ahí, entrenan, pero se quedan en casa. Yo prefiero tener perro antes que competir. Quiero que me duren muchos años”, reconoce con sentimiento de protección a sus animales.

La medalla de bronce fue, por tanto, más que un resultado. Fue la recompensa a una bonita historia de superación compartida entre la zornotzarra y un perro que no lo tuvo fácil. “Barri no tuvo socialización alguna. Al principio, cuando terminábamos de saltar, le tenía que agarrar rápido porque si no iba a por el siguiente perro que estaba esperando. Hoy en día compite suelto, tranquilo, y nunca ha tenido un problema. Eso, para mí, es el mayor triunfo”, puntualiza muy orgullosa de su compañero. 

‘Haika’; pastora austaliana de seis años

En lo que al Campeonato de España se refiere, el escenario tampoco ayudaba a calmar los nervios. Y es que la prestigiosa cita se disputó en el complejo ecuestre de El Asturcón, un recinto que siempre impone respeto. “Es el segundo campeonato que hacemos allí. Las gradas estaban llenas, la gente gritando… Pero al final tienes que tirar hacia adelante”, define sus sensaciones.

Este año, además, la cita estatal reunió una cifra récord: 536 perros en total, 70 en la categoría de Barri. De ellos, solo 23 pasaron a la final. “Primero y segundo fueron dos Shetland que corren a seis metros por segundo. Así que imagínate lo que supone para nosotros haber quedado terceros. Barri también ha conseguido ganar cuatro campeonatos de Bizkaia y tres ligas Norte, quedando subcampeón en esta última.”, puntualiza con orgullo Maider. 

Más allá del resultado, la zornotzarra se queda con el cariño recibido. “Ha sido una pasada. Me llevo el cariño de todo el mundo, y sobre todo la sensación de haber hecho justicia a todo el trabajo que hay detrás. Barri se merece este final. Gente de todos los clubes vino a felicitarme. Nos han visto crecer desde que empezamos, y despedirnos así, con un podio, fue muy especial”.

Por su ama

El agility se ha convertido en algo fundamental para Maider Arego. Empezó hace 16 años, casi por casualidad, y gracias a su madre. “Ella vio por televisión a mi primer entrenador, Axular Casado, y dijo: me voy a apuntar a eso. Yo la animé, y a la semana siguiente me dijo: mañana tienes entrenamiento, porque hay que correr mucho y yo no voy a ir. En realidad, me apuntó ella”, repasa entre risas su curioso inicio en la disciplina. 

Su primera compañera fue Nas, una Border Collie con la que debutó en competición cuando cumplió los 18 meses, la edad mínima permitida. Desde entonces, no ha dejado de competir ni de aprender. “Mi vida son los perros. La conexión que tengo con los cuatro que tengo ahora es increíble”, explica con sentimiento.

Además de Barri, están Haika, una pastora australiana de seis años que ya ha subido al podio en el campeonato de Bizkaia; Laga, otra pastora australiana de 11 años jubilada con cuatro años por un problema de corazón; e Izar, una Border Collie adoptada a finales de agosto de un año. “Tiene mucho miedo todavía a todo. Estoy trabajando su rehabilitación. No tengo prisa, pero espero que algún día podamos hacer algo juntas”, desea su cuidadora. 

‘Laga’, pastora australiana de 11 años, encima de Maider Arego

El agility es un deporte muy técnico donde la complicidad con el perro debe de ser absoluta. Y es que el animal debe superar una serie de obstáculos (como túneles, saltos, pasarelas o slaloms) en el menor tiempo posible y sin cometer faltas, siempre guiado por su dueño o guía, que no puede tocarlo. Este deporte pone a prueba la agilidad, obediencia, velocidad y coordinación del perro, así como la comunicación y trabajo en equipo entre el perro y su guía. En resumen, el agility combina ejercicio, disciplina y diversión para ambos. Sin duda alguna, para la zornotzarra lo más complicado es el inicio. “Da pereza porque tienes que enseñar cada obstáculo uno por uno: la pasarela, el balancín, el túnel… Todo requiere paciencia. Y luego, en competición, tienes décimas de segundo para darle las indicaciones correctas al perro. Eso es lo que hace que este deporte sea tan bonito. Físicamente tienes que moverte, correr, hacer ejercicio… Pero sobre todo te da amigos. Conoces a muchísima gente, y muchos se convierten en parte de tu familia. Pasas fines de semana enteros con ellos, compartes buenos momentos y otros más duros”.

Indarkan

En 2020, en plena pandemia, Maider dio otro paso y fundó su propio club: Agility Indarkan. Con sede en Iurreta, “tenía claro que quería hacer algo a mi manera. En los clubes donde había estado siempre había jaleos, y yo quería algo más familiar. Por eso metí en la junta a mi madre y a mis primos. No quería gente externa. Quería un club de amigos, donde lo primero sean los perros y se compita sin volverse locos”, describe sus prioridades. 

Hoy Indarkan cuenta con una veintena de socios donde aficionados al mundo de los perros, comparten experiencias. “Vamos a la pista todas las tardes, salvo que diluvie o esté enferma. Organizamos dos pruebas al año, en junio y julio. No somos un grupo cerrado, pero tampoco quiero un macroclub. El terreno es el que es, y si vienen 50, no puedo cogerlos. Queremos mantener ese ambiente cercano y familiar”.

Nas, su primera compañera

Con la despedida de Barri, Maider mira ahora hacia el futuro con Aika. “A finales de noviembre empieza la Liga Norte y el objetivo a corto plazo es entenderme con ella. Le he dedicado mucho tiempo a Barry, y ahora me toca con Aika”, asegura ambiciosa.

 El podio en Asturias no solo fue un cierre deportivo, sino también emocional. Barri, el perro que un día no sabía convivir con otros animales, se despidió convertido en uno de los mejores del estado. Y Maider, su guía, se marchó con la certeza de que el esfuerzo, la paciencia y el amor dan fruto. En este sentido, compite para ganar, sí, pero sin obsesionarse. “Siempre quiero hacerlo bien, pero no me vuelvo loca. Lo importante, tengo claro que es disfrutar del recorrido y de mi perro. Si después llega un podio, bienvenido sea”.