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Gernika florece: un puente artístico hacia Hiroshima

Doce murales de ikebana japonés transforman los 57 metros del muro de la escuela Allende Salazar en la villa

Gernika florece: un puente artístico hacia Hiroshima

Desde este miércoles, la larga y gris pared de hormigón que protege la escuela pública Allende Salazar en Gernika-Lumo ha dejado de ser un simple límite para convertirse en un lienzo de memoria y creatividad. A lo largo de sus 57 metros se han desplegado doce murales inspirados en el ikebana, el tradicional arte floral japonés que desde hace siglos propone un diálogo paciente entre naturaleza y espíritu.

La intervención ha sido posible gracias al trabajo de una treintena de alumnos de Arteskola, quienes han diseñado y pintado cada mural de seis metros cuadrados, con composiciones delicadas que evocan motivos florales que, en su origen, decoraban templos budistas y servían como ejercicio de introspección. La obra se complementa con un panel explicativo bilingüe, en euskera y castellano, que permite a transeúntes y visitantes conocer el significado y la inspiración de cada composición.

El proyecto no se limita a la estética: tiene un fuerte componente simbólico. Los murales actúan como un puente hacia Hiroshima y Nagasaki, ciudades hermanadas con Gernika-Lumo por una historia compartida marcada por la destrucción y la reconstrucción. Según el alcalde José María Gorroño, el mural no solo busca estrechar lazos entre ciudades que, pese al sufrimiento vivido, buscan un futuro de paz; sino que, al combinar estética, pedagogía y memoria, “es también un mensaje humano”.