La forma de señalizar una avería o accidente en carretera está a punto de cambiar para siempre. A partir del 1 de enero de 2026 los triángulos de emergencia dejarán de ser válidos y serán sustituidos por las balizas luminosas V16 conectadas, unos dispositivos que permiten avisar de una incidencia sin bajarse del coche y que están enlazados directamente con la Dirección General de Tráfico (DGT). Sin embargo, a falta de apenas cinco meses para que entre en vigor la normativa, buena parte de los conductores sigue sin conocer el cambio.
En tiendas especializadas este desconocimiento se nota a diario. “Muchos de los clientes no saben sobre esta nueva normativa. Al mencionar lo de la baliza, se sorprenden”, explicó Jon Blanco, trabajador de Leroy Merlin. Aunque en su tienda notaron un pico de ventas cuando se anunció el cambio, aseguró que ahora “el interés ha caído y hay estancamiento”.
Según señaló, “intuimos que cuando esté a punto de llegar el día, mucha gente vendrá de urgencia a comprarlo”. Un comportamiento que recuerda a otros cambios normativos, como el del chaleco reflectante, donde el desconocimiento derivó en una avalancha de compras de última hora.
Multa de 80 euros
Este desconocimiento generalizado no es una percepción aislada. Según un estudio reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), tres de cada cuatro personas al volante aún no han adquirido una baliza V16 conectada, y muchas de las que ya han comprado una han optado por modelos no válidos, sin conexión.
Una confusión que puede salir cara: a partir del 1 de enero, circular sin la baliza reglamentaria supondrá una multa de 80 euros. Los triángulos, hasta ahora obligatorios, dejarán de estar permitidos incluso como alternativa.
En Norauto, el panorama es similar. Luciano Marrone, uno de los trabajadores del establecimiento, confirmó que “mucha gente no sabe que será obligatorio en 2026. Lo ven como un accesorio más”. Por eso, explicó, “las tenemos en exposición a la vista, nada más entrar, para que la gente lo vea directamente”. Aseguró que, aunque algunos clientes preguntan por diferencias entre modelos o el tipo de batería, “la mayoría no entiende bien qué es lo que necesita o por qué algunos modelos son más caros”.
Esa diferencia de precio es clave para no equivocarse. Las balizas V16 homologadas cuestan entre 40 y 50 euros, ya que deben cumplir con una serie de requisitos técnicos muy concretos: conectividad NB-IoT (4G o superior), tarjeta SIM integrada con 12 años de conexión, sistema de geolocalización y capacidad para enviar un aviso automático a la plataforma DGT 3.0 nada más encenderse. “Hace unos meses salieron modelos que solo daban luz, sin geolocalizador, y la gente los compraba sin saber que no iban a servir”, advirtió Marrone.
Web para consultas
Para evitar compras erróneas, la DGT ha habilitado una web donde se puede consultar la lista de dispositivos homologados. Aun así, en muchas plataformas de venta online siguen ofreciéndose modelos que no cumplen con los requisitos. “Eso genera más confusión y hace que algunos piensen que es un gasto innecesario o un capricho de Tráfico”, lamentaron desde el sector.
Más allá de la normativa, el objetivo es aumentar la seguridad en la carretera. Estas balizas se colocan directamente sobre el techo del vehículo, sin necesidad de bajarse, lo que reduce drásticamente el riesgo de atropello. Marrone lo resumió de forma sencilla. “Solo tienes que sacarla de la guantera y ponerla en el techo. Es mucho más seguro que bajar del coche en la carretera”. También destaca la importancia de que esté conectada: “La DGT recibe la señal y puede indicar a otros conductores el punto exacto en el que estás. Un coche apagado completamente en mitad de la carretera puede ser muy peligroso, sobre todo por la noche”.
Señal luminosa
Estas balizas, además de cumplir con la nueva normativa, aportan importantes mejoras en seguridad. Emiten una señal luminosa visible a más de un kilómetro de distancia y, al activarse, comunican su posición automáticamente a la DGT. Esta conexión permite que se advierta al resto de conductores del peligro en tiempo real, activando paneles informativos.
A falta de cinco meses para el cambio, los datos son claros y el tiempo empieza a apremiar. La mayoría de conductores no está preparada para una transición que afectará a todos los vehículos del Estado. Y si nadie lo remedia, las prisas de última hora volverán a llenar las tiendas con compradores, buscando una baliza… sin saber cuál es la correcta.