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Bermeoko Herri Babesa suspende su servicio de urgencia tras 33 años

Desde 1992 ha atendido incendios, rescates y emergencias con casi 2.000 intervenciones en ocho años

Bermeoko Herri Babesa suspende su servicio de urgencia tras 33 añosBermeoko Herri Babesa

Bermeoko Herri Babesa dejará de prestar temporalmente sus servicios de urgencia y apoyo, que venía ofreciendo de forma ininterrumpida desde hace más de tres décadas. Así lo ha comunicado la agrupación, que suspenderá su actividad provisionalmente hasta los meses de octubre o noviembre, con el objetivo de dar un descanso necesario a su equipo de voluntarios y reorganizar la planificación de su estructura.

Fundada en 1992, Bermeoko Herri Babesa se ha convertido en un pilar clave para la seguridad y la atención a la población de Bermeo y de municipios limítrofes, además de dar apoyo puntual a otras localidades que, en situaciones de necesidad, han requerido su colaboración. Desde su constitución, el colectivo se estructuró en grupos especializados de rescate, telecomunicaciones, buceo y apoyo, cubriendo así un amplio abanico de servicios de protección civil y emergencia.

Un momento clave llegó en 2003, cuando la compañía Repsol donó un camión de bomberos que permitió reforzar su capacidad de respuesta y consolidar un servicio disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana. Desde entonces, la agrupación ha podido atender situaciones de riesgo de todo tipo, interviniendo también en incendios y ampliando su radio de acción a nuevas áreas del municipio y alrededores.

Esfuerzo diario

Según detalló Jon Ojanguren, coordinador de Protección Civil de Bermeo, desde 1992 el grupo ha estado "prácticamente disponible de forma continuada como bomberos voluntarios", lo que demuestra, subraya, no solo su compromiso, sino también un nivel de sacrificio personal y colectivo notable para una agrupación que trabaja sin descanso. A pesar de ser un grupo pequeño, Herri Babesa ha realizado cerca del 80% de los servicios comparado con otros cuerpos profesionales, algo que para Ojanguren pone en valor la magnitud del trabajo realizado y el vacío que dejará esta pausa temporal.

En palabras del coordinador, esta decisión se ha tomado tras un “cúmulo de circunstancias” que han acabado pesando en el ánimo del grupo. Entre ellas, destaca la falta de material adecuado para intervenir con seguridad, a lo que se suma que el camión forestal con el que contaban deberá darse de baja próximamente, lo que limitará aún más su parque de recursos. Además, Ojanguren señala que, por el trato recibido en los últimos tiempos, han decidido poner freno: "Me molesta enormemente, porque esto lo empecé yo, creé la protección civil aquí y duele tener que parar así y dejar un servicio que es muy necesario para este pueblo”.

La pausa se entiende no solo como un descanso físico para los voluntarios, sino también como una oportunidad para reflexionar y abrir la puerta a nuevas ideas que permitan reforzar el grupo en el futuro. Ojanguren cree que es necesario mentalizar a la comunidad de la importancia de contar con un servicio así y de atraer más manos dispuestas a colaborar. 

Debido a una pérdida de datos en el sistema informático, Herri Babesa no dispone de cifras exactas de intervenciones entre 2003 y 2015. Sin embargo, desde 2016 hasta la fecha, los registros muestran una intensa actividad: 1.938 salidas, de las cuales 335 han sido intervenciones directas por incendios de todo tipo, desde fuegos forestales y domésticos hasta incendios en instalaciones industriales, barcos pesqueros y embarcaciones deportivas.

Más allá de los incendios, la agrupación ha respondido a fugas de gas, problemas eléctricos, desprendimientos de fachadas, rescates de personas en San Juan de Gaztelugatxe, emergencias en ascensores, retirada de árboles caídos en caminos y barrios, limpieza de zonas contaminadas, vías de agua en embarcaciones, rescate de animales en zonas de difícil acceso, recuperación de vehículos bloqueados, actuaciones durante temporales marítimos y de viento y trabajos para asegurar estructuras en riesgo.

Para Ojanguren, seguir protegiendo Bermeo pasa por reactivar el compromiso colectivo: “Esto no se sostiene sin recursos y sin gente que entienda que es una responsabilidad de todos”. Mientras llega octubre o noviembre, la agrupación espera contar con el apoyo de la ciudadanía para garantizar el futuro de un servicio que, durante más de 30 años, ha trabajado para responder donde hacía falta y estar disponible a cualquier hora.