Decía célebre filósofo francés Voltaire, allá por el siglo XVIII, que los vascos eran un pueblo que baila en ambas vertientes de los Pirineos. Es significativo que fueran precisamente sus danzas las que motivaran esta definición. Razón no le faltaba. Hoy, casi 300 años después, los vascos seguimos danzando, de Lanestosa a Donibane Lohizune, superando retos y dificultades tan grandes como esas montañas que citaba Voltaire.
Por eso es importante celebrar a quienes, día a día, trabajan para mantener viva esta tradición. De eso trató precisamente la jornada de ayer: la gala de los IX Esker Onak, que reunió en el Palacio Euskalduna a dantzaris, instituciones y amantes de la danza vasca para homenajear a quienes preservan este legado que nos define como pueblo.
Así lo remarcó el director general de Editorial Iparraguirre, Ibon Mujika, quien abrió la gala recordando que el objetivo principal de este evento es celebrar a quienes mantienen vivas nuestras tradiciones. “Para DEIA es importante estar cerca de quienes impulsan nuestra cultura. Queremos, de verdad, agradecéroslo y poner en valor la riqueza de nuestras tradiciones y el talento de quienes las mantienen”, enfatizó.
También Koldo Bilbao, coordinador de Cultura de la Fundación BBK, reafirmó el compromiso de la entidad con iniciativas como esta, que —según destacó— celebran las raíces “de este pueblo”. “Hacéis un excelente trabajo para que nuestra expresión cultural más auténtica siga latiendo con fuerza”, subrayó, dirigiéndose a los premiados.
Por su parte, el presidente de Bizkaiko Dantzarien Biltzarra, Jose Mari Oyarzabal, quiso poner en valor especialmente a los grupos veteranos, algunos con más de sesenta o incluso setenta años de trayectoria. “Cada vez que les veo no solo escucho las notas de la música, las siento llegar directamente al corazón”, dijo con emoción.
Difusión internacional
La entrega de premios comenzó con el reconocimiento a la iniciativa Gaztemundu, por su labor para impulsar la danza vasca a nivel internacional. Ziortza Olano, directora de la oficina para la Comunidad Vasca en el Exterior, recogió el galardón y destacó que “las danzas son el motor de la cultura vasca y un elemento de unión importante”, reivindicando además el carácter global de Euskadi, “una tierra en constante transformación”.
La gala, que incluyó intermedios musicales que levantaron al público de sus asientos, continuó con el homenaje al grupo dantzari Mikel Deuna, de Iurreta. Su integrante Miren Txabarri, visiblemente emocionada, agradeció el premio y aseguró: “Aquí estamos. Seguimos, y seguiremos, impulsando nuestra danza”.
El siguiente reconocimiento fue para las formaciones Ibai Lorak, Ibai Arte, Lorabarri, Goialde y Gazte Berri, que suman más de 60 años de trayectoria. “El amor por nuestras tradiciones vence al cansancio y a la pereza. Las danzas son nuestras raíces”, recordó Aihona Campoy, presidenta de Ibai Lorak, al recoger el galardón.
Sin música no se danza
El cuarto premio de la noche quiso reconocer a quienes hacen posible la danza: los músicos. La Banda Municipal de Txistularis de Bilbao, referente indiscutible, recibió este homenaje de la mano de la directora de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, Begoña de Ibarra. Ana Madariaga y Gorka Zabaleta recogieron el premio en nombre de la agrupación, que poco después ofreció una brillante actuación.
El quinto galardón fue para Jose Manuel Irastorza, por su dedicación y compromiso con la danza y el folclore de Lanestosa. “Este premio es para todos los danzantes que han mantenido vivo este legado durante más de 400 años”, expresó Irastorza con emoción.
El séptimo premio reconoció a la Gazteen Dantza Topaketa, por su labor en promover la participación de las personas jóvenes en la danza tradicional. Erika García, coordinadora de Euskal Dantzarien Biltzarra, recogió el galardón de manos de Andoni Iturbe, viceconsejero de Cultura del Gobierno vasco.
García explicó que la iniciativa nació de una preocupación personal: “Hace unos años se me ocurrió hacer algo con los jóvenes de mi zona. Bailan los peques. Bailan los mayores. Pero no los chavales”. Mañana se cumplirán tres años desde que la impulsaron. García animó a todos los jóvenes de entre 15 y 25 años a participar: “Quien tenga interés, solo tiene que llamar”, dijo.
Joseba Altube: legado
El sexto galardón de la tarde fue para Joseba Altube, expresidente de Euskal Dantzarien Biltzarra, en reconocimiento a su labor y compromiso en favor de las danzas vascas. Ibon Mujika, director gerente de Editorial Iparraguirre, fue el encargado de entregarle el premio.
El octavo y último premio de la tarde fue para Begiraleak, en reconocimiento a sus nueve décadas de trayectoria. Pierre Latasa Goya y Kepa Isasi recogieron el galardón, que les fue entregado por Kepa Ogiza. “Bailamos diariamente, nos entrenamos, comemos y bebemos: ese es el secreto del éxito de un grupo que lleva 90 años”, bromeó Pierre, quien confesó que no esperaban este reconocimiento, que agradeció sinceramente.