La biodiversidad y el equilibrio con la actividad humana vuelven al debate político en Bizkaia. Otra vez con el lobo como protagonista. Esta vez ha habido un acuerdo mayoritario (únicamente el Grupo Popular se ha quedado fuera) para tratar de encontrar esa estabilidad y esa coexistencia entre especies. Un tira y afloja que sigue buscando el contrapeso a discursos viciados de origen y al ‘greenwashing’ empresarial y político.

La solución no es fácil. Ni aquí ni en otros puntos de la península y del continente europeo donde merodean estos grandes carnívoros cuya supervivencia está amenazada. Los vaivenes en las decisiones políticas y marcos jurídicos tampoco. Un buen punto de partida podría ser el diálogo continuo y sincero entre todas las partes implicadas en dar respuesta a las incertidumbres y miedos de pastores y ganaderos, pero también a las reivindicaciones de asociaciones ecologistas. Y todo esto y algo más se ha logrado durante el pleno celebrado hoy en la Casa de Juntas de Gernika tras el acuerdo entre Elkarrekin Podemos -proponente- PNV, PSE y EH Bildu.

Gracias a este posicionamiento común en un asunto tan delicado se solicita agilizar la tramitación burocrática a la hora de indemnizar al sector primario tras un ataque de lobo u otros depredadores amenazados con interés especial, así como bonificar la implementación de medidas preventivas “no letales” para minimizar los conflictos con las actividades humanas y el pastoreo. Ha sido el propio defensor de esta iniciativa Richar Vaquero quien ha enumerado algunas de esas acciones que podrían ser adoptadas sin males mayores para estos depredadores. “La solución no puede ser pegar tiros”, ha resumido el portavoz de Elkarrekin Podemos.

Tecnología, orines y ecoturismo

El uso de perros guardianes; cercas electrificadas o vallas adaptadas; alambres sonoros y disuasorios; uso de luces y tecnología; rotación del pastoreo por diferentes zonas o refugios nocturnos; crear zonas de seguridad para lobos, preservando áreas boscosas donde los lobos u otros depredadores puedan cazar otras presas sin necesidad de atacar al ganado; desarrollar barreras naturales; técnicas de disuasión acústica; formaciones y asesoramiento técnico a ganaderos; proyectos de coexistencia; uso de orines o repelentes naturales, y diversificación y fomento, con proyectos de ecoturismo u otros, para tener una alternativa de fuente de ingresos para los ganaderos, que compense y sensibilice sobre la importancia de la conservación del lobo.

Desde las filas jeltzales, Gorka Beitia ha recordado que algo de esto ya se ha hecho desde la institución foral en estos últimos tiempos para financiar (100.000 euros), medidas preventivas no letales de este tipo precisamente en los puntos calientes de Bizkaia como son Karrantza, Orduña y Gorbea: cierres móviles, GPS, collares virtuales… Y otros 400.000 euros para adaptar ‘refugios’ de montaña y adecuar pastos de alta montaña “donde el trabajo del ganado es indispensable para mantener ecosistemas locales y garantizar la biodiversidad”.

Asimismo, se ha instado a la Diputación Foral de Bizkaia a tomar parte en mesas de diálogo participativas entre la propia administración, representantes del mundo científico, representantes ganaderos y representantes ecologistas para consensuar normativas sobre biodiversidad, cuidado de los ecosistemas y la gestión de especies protegidas, una vez se apruebe el Plan de gestión del lobo con la periodicidad que allí se establezca.