El arte de dar a la madera otra vida en Portugalete
Gorka Urreiztieta expone parte de sus obras hasta el miércoles en el jarrillero centro cultural Santa Clara
La sostenibilidad es un valor al alza en la sociedad. Y el arte también puede ser comprometido con el medio ambiente y sostenible. Ejemplo de ello es el santurtziarra Gorka Urreiztieta, quien desde hace catorce años da una segunda oportunidad a la madera convirtiéndola en tallas de eguzkilores, cuadros, esculturas... Parte de su obra se puede ver hasta el próximo día 21 en el centro cultural Santa Clara de Portugalete en la exposición Eguzkilores y algo más.
Lo de dar una segunda oportunidad a los troncos y ramas a los que Urreiztieta va dando forma hasta convertirlos en arte es algo literal. “La mayoría de la madera que se puede ver en esta exposición iba a ir a la basura, la iban a tirar y yo la he recuperado”, afirma este hombre de 71 años que ha sido todo un autodidacta en el arte de la talla de madera hasta alcanzar un altísimo nivel. Así se demuestra en la obra más especial de todas las que se pueden contemplar en esta exposición; un cuadro que retrata lo que era Portugalete en 1906. En esa obra, Urreiztieta da una gran relevancia a la figura del Puente Colgante y va al detalle definiendo los edificios que había en aquella época en la noble villa jarrillera. “Esta obra la he traído aquí a Portugalete de forma específica por el significado que tiene. Para hacerla, tuve que mirar cientos de fotografías de la época y después he buscado tallar hasta el último detalle. Pensaba que era algo muy bonito para traer a Portugalete”, apunta Urreiztieta. “Lo más complicado fue hacer el Puente Colgante, darle la perspectiva, al no ser muy gorda la tabla no le puedes dar mucha profundidad”, indica el artista santurtziarra.
Cada obra de las que realiza requiere mucho tiento, mucho mimo, cantidades industriales de paciencia y un gran conocimiento de la madera para saber por qué punto será mejor iniciar la talla para ir dando forma a la figura o escenario que quiere crear. Entre la variedad de trabajos que se pueden ver en Santa Clara destacan esculturas de una sola pieza en las que se retrata, por ejemplo, a una mujer limpiando mineral, el brazo de un aizkolari en plena acción o la mano de un txistulari mientras toca el txistu o dos tiras de madera en las que refleja situaciones de antiguos balleneros tratando de pescar. Y es que en las obras de Urreiztieta la cultura vasca y la historia tienen un gran peso específico, puesto que suelen ser fuente de inspiración. “Cuando cojo un tronco de madera, más o menos, ya tengo una idea clara de qué es lo que quiero hacer y lo que busco es la mejor manera de llevar a la realidad lo que yo he imaginado”, indica este hombre que se define como “hombre de mar” y ese gusto por el mar y, en especial, por las traineras, queda de manifiesto en una de sus obras en la que se puede ver a una trainera en plena acción. A simple vista puede ser un bote cualquiera de los muchos que compiten y han competido por las aguas del Cantábrico, pero en el detalle, mirando a la embarcación, Urreiztieta se ha retratado a sí mismo en la tosta en la que solía bogar defendiendo los colores de Itsasoko Ama, club en el que ha sido remero, presidente y todo lo que uno pueda imaginar. “A la gente que visita la exposición una de las cosas que más les llama la atención es que las obras estén hechas de una sola pieza”, asegura Urreiztieta.
PACIENCIA Y CUIDADO
Casi tan importante como el talento a la hora de tallar la madera, es la paciencia. “Hay que tener mucha paciencia. Muchas veces son cosas muy repetitivas que hay que hacer con mucho tiento y viene muy bien descansar, ponerse entre medias a hacer otra cosa para no liarla y fallar”, recuerda Urreiztieta, quien también invierte tiempo en el cuidado de las obras para que tanto el paso del tiempo como los constantes cambios de condiciones de humedad afecten a la obra lo menos posible. “Para que no se estropeen lo que hago es darles una mano de cera o barniz porque muchas de las obras están a temporadas en comercios y lo que sí hago es limpiarlas bien”, apunta Urreiztieta, quien, a partir de ahora, va a incorporar su firma a sus obras. A lo largo de sus catorce años de carrera, ha realizado muchos proyectos como, por ejemplo, el Árbol de la Vida, un tótem que llena de arte e identidad el entorno del Centro de Formación Somorrostro. “Le diría a la gente que venga a esta exposición, le eche un rato y disfrute de las obras que he hecho, porque están para eso, para disfrutarlas”, concluye Gorka Urreiztieta, el autodidacta santurtziarra que da una segunda oportunidad a los troncos de madera convirtiéndolos en puro arte.
En corto
- Hasta el miércoles. La exposición ‘Eguzkilores y algo más’ se podrá disfrutar hasta el próximo miércoles en el centro cultural Santa Clara de Portugalete. La obra estrella es la talla de un cuadro que reproduce una fotografía de la noble villa en 1906.
- Autodidacta. El santurtziarra Gorka Urreiztieta lleva 14 años realizando obras sobre troncos de madera. Urreiztieta, de 71 años ha sido todo un autodidacta en la técnica de tallar madera, llegando al gran nivel de precisión del que hace gala en sus obras. Ejemplo de ello es el ‘Árbol de la vida’ que hizo junto al Centro Formación Somorrostro.