La plantilla de MFS Trapaga Sintering se enfrenta a una situación extrema y por ello esta dispuesta a luchar para condicionar la decisión de cerrar la empresa. Muestra de ello, ayer se movilizó con un día de huelga indefinida que continúa hoy y mañana y que el próximo martes tornará en una manifestación en Bilbao para dar a conocer la situación de esta empresa de Trapagaran.

Esta semana, la compañía podría ejecutar un expediente de regulación de empleo (ERE), para la totalidad de la plantilla con el cese definitivo de la actividad y 107 personas despedidas. "Esta situación crítica es el resultado de una gestión nefasta por parte de la dirección de la empresa que se repite de nuevo ya que esta no es la primera vez que MSF se ha visto metida en problemas derivado de la falta de inversiones", destaca Santi Presa presidente del Comité de empresa.

"Pintan Bastos porque tenemos abierto un expediente de ERE de extinción y cierre de la empresa cuyas consultas de negociación se acaban esta semana y en el que estamos todos despedidos. Hay un posible comprador, un indio que no acaba de llegar nunca por lo que creemos que nos está tensando la cuerda para llevarnos al límite y decir, oye pues ahora que estén todos despedidos aquí vengo yo de salvador y me quedo con la mitad de la plantilla y con mis condiciones laborales", alerta el sindicalista. "Creemos que sí quieren activar la empresa, no quieren cerrarla, pero quieren llevarnos al límite y en esas estamos y esta semana se nos acaba todo claro y ahí es donde juegan un papel importante las instituciones". 

Empleo

Con una plantilla altamente cualificada y años de experiencia en el sector, consideran que la actividad productiva sigue siendo viable. Hacen llamamiento a las instituciones publicas que garanticen el mantenimiento de los puestos de trabajo y las condiciones laborales de la totalidad de las personas que trabajan en MFS.

La continuidad depende de voluntad política. La representación de la plantilla ha iniciado una interpelación institucional con Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Trapagaran, para exigir su responsabilidad en el mantenimiento de los puestos de trabajo.

"Ya hemos estado con Gobierno vasco y dos veces con Diputación en las que les hemos puesto sobre la mesa que quien venga va a poner sobre la mesa van a pedir una quita al oferente de 1.5 millones de euros –el pabellón está embargado- y por otro lado al Gobierno vasco más pronto que tarde irán a pedir subvenciones. Por ello lo que les venimos a decir es que ese dinero público -que lo pagamos todos con los impuestos- lo utilicen para salvar los puestos de trabajo no para regalarlo a los empresarios piratas que vienen y van.

MSF es una empresa con más de 40 años de trayectoria en el sector de la automoción, especializada en la fabricación de componentes para suspensiones y sistemas de seguridad dentro del automóvil. Son piezas necesarias en cualquier vehículo independientemente de su motorización por lo que su producción es adaptable al reto de la transición ecológica al que nos enfrentamos.

"Nuestra empresa es proveedora de una frima japonesa, que es la mayor fabricante de suspensiones de Europa y de la segunda más importante de fabricación de airbags Europa en los buenos tempos, hace tres años, estábamos facturando 20 millones de euros haciendo piezas que valen céntimos", destaca el sindicalista que cifra en 75.000 las piezas que a diario se elaboran en esta empresa de Meatzaldea.

Las trabajadoras y trabajadores de MFS Trapaga Sintering no están dispuestos a rendirse sin luchar. "El cierre de la fabrica no solo supondría la pérdida de 107 empleos directos, sino también un nuevo golpe para la industria de la Zona Minera y Margen Izquierda, unas comarcas castigadas por políticas de desindustrialización salvaje", denuncian los trabajadores