Durante la última sesión plenaria la administración local zornotzarra dio luz verde al Mapa de Ruidos y el Plan de Acción contra el Ruido 2024-2029 de la localidad. Se trata de dos documentos fundamentales para la planificación y gestión del ambiente sonoro en el municipio, y que servirá para establecer un conjunto de medidas orientadas a reducir la contaminación acústica que se ha identificado.

“El ruido es una forma de contaminación que muchas veces pasa desapercibida, pero cuyos efectos en la salud pueden ser perjudiciales. Con la aprobación del Mapa de Ruidos y el Plan de Acción contra el Ruido, tomamos decisiones basadas en datos precisos para aplicar medidas efectivas que mejoren la calidad de vida”, apuntó la alcaldesa, Ainhoa Salterain.

Y es que el ruido ambiental es un factor que influye directamente sobre la ciudadanía, pudiendo afectar la calidad de vida de la población. “Garantizar el bienestar de las y los zornotzarras es la principal prioridad del Ayuntamiento, la elaboración de estos documentos permite no solo diagnosticar el impacto del ruido en el municipio, sino también desarrollar soluciones efectivas para su reducción”, concretaron desde el equipo de gobierno conformado por PNV y PSE.

En este sentido, el Mapa de Ruidos ha determinado las zonas más afectadas por la contaminación acústica y aquellas donde es prioritario actuar. Así, las zonas con mayor impacto acústico se encuentran en los entornos de las principales vías de circulación, como la calle San Pedro, la calle Gudari y el Barrio Legarrebi, así como en la cercanía de infraestructuras ferroviarias y polígonos industriales. Una vez identificado el estado actual del ruido en el municipio, el Ayuntamiento ha desarrollado el Plan de Acción contra el Ruido 2024-2029 que se articula en torno a tres ejes principales.

Por un lado, la reducción del ruido en las zonas más afectadas con, por ejemplo, pavimentos fonoabsorbentes, pantallas acústicas y limitación del tráfico. Por otro, proteger los denominados espacios sensibles con aislamiento acústico en colegios, centros de salud y residencias, regulación de horarios y límites de ruido en determinadas actividades. Finalmente, el último de los tres ejes versa sobre la concienciación y participación ciudadana, por lo que se impulsarán campañas de sensibilización.