La comarca del Alto Nervión se despertó ayer de luto con la noticia del fallecimiento, a los 95 años, del artesano panadero orozkoarra Pablo Azkoaga al que el investigador, filólogo y miembro de Euskaltzaindia, Félix Mugurutza, no duda en definir como “un referente de la cultura vasca” y custodio de tradiciones ligadas a la tierra, al campo y al baserri. Así lo ha hecho en las múltiples ocasiones que se refirió a él –y a su difunta mujer y compañera de vida, Julia Barberena– y así lo volvió a hacer ayer en su mensaje de pésame a la familia: “No puedo expresar con palabras la pena que tengo en el corazón por el vacío que nos va a dejar Pablo. Amigo, cercano, siempre dispuesto a ayudar … Se nos ha ido un referente de la cultura vasca”, escribió.

El igualmente investigador, además de miembro del Departamento de Etnografía de la Sociedad Aranzadi, Iñaki García Uribe, también mostró su pesar en redes: “Se nos ha ido una de las mentes privilegiadas del pueblo y un hombre bueno. Que la tierra que tanto cultivó le sea leve”. En esos mensajes, las menciones a su figura con frases como “Gran hombre y cuidador de tradiciones” o “Gran persona y amigo”, se mezclaban con referencias a sus hogazas caseras: “El mejor pan de Euskadi... o del mundo”, “De los mejores panes que he comido”, “Las veces que compré su pan en las ferias”...

Y es que, Azkoaga es, desde hace décadas, sinónimo de pan casero, artesanal y de alta calidad elaborado en Orozko, municipio donde Pablo nació (concretamente en el barrio de Presatxu) un 14 de agosto de 1929. En su adolescencia y juventud se dedicó a tareas familiares relacionadas con el baserri, la ganadería y la agricultura, pero también trabajó haciendo carbón vegetal.

Ya casado con Julia, su pan de elaboración casera empezó a tomar nombre propio. Comenzó horneando para tres caseríos del pueblo hasta que en 1975, y a sugerencia de Juan Mari Atutxa –director entonces de la Caja Rural en Zubiaur (Orozko)– se animaron a llevar y poner a la venta sus hogazas de horno de leña en el mercado del Último Lunes de octubre a Gernika. Fue el punto de inflexión y el inicio de una fama que ha llegado hasta nuestros días. Tras dos años yendo a esa feria, Pablo y Julia comenzaron a acudir también al mercado de Orozko, a Santo Tomás de Bilbao, a Plentzia, a Sopelana... Pero su punto de venta estable es el caserío de Presatxu donde disponen de dos hornos y donde la tradición de los panes de Pablo y Julia sigue viva a través de sus hijas.

El apunte

Pablo Azkoaga. Reconocido panadero artesanal del barrio Presatxu de Orozko que empezó a vender sus hogazas en 1975 en el mercado del Último Lunes de octubre de Gernika.

Gran calidad. Sus panes y pasteles vascos se han ido haciendo, desde entonces, famosos en toda la comarca del Alto Nervión y Bizkaia por su gran calidad.

Misa funeral. Fallecido el 4 de diciembre a los 95 años, su funeral será a las 17.30 de mañana en San Juan Bautista de Orozko.