“Tuve que rogar para que nos prestasen el servicio”, aseguraba ayer miércoles el concejal de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Abanto-Zierbena, Juan Vallejo, a la hora de justificar la contratación de urgencia, con un contrato menor, renovable mensualmente, de una empresa que se hiciera cargo del servicio de recogida y custodia de animales abandonados en el municipio tras la renuncia unilateral de la actual adjudicataria el día 5 por discrepancias con el Consistorio minero. Una situación que EH Bildu calificó en redes sociales de “abandono municipal” lo que motivó la reacción del edil socialista que ayer señaló a DEIA que la discrepancia fundamental que llevó a la empresa Quinconcan a renunciar al contrato –aún vigente y de más de 100.000 euros al año tras la última prórroga prevista en la adjudicación– se refiere a los importes que ha girado desde marzo “y que han sido rechazados por los técnicos municipales por incluir facturas referidas a servicios contemplados en el pliego inicial”.