Está a punto de cumplirse un año desde que las primeras bicicletas naranjas empezaron a circular por Bizkaia. El sistema Bizkaibizi se ha hecho ya un hueco en las carreteras del territorio y en el día a día de más de 34.000 vizcainos que las utiliza para sus desplazamientos habituales. Y sí, con 1,4 millones de usos en este primer ejercicio en funcionamiento también hay quien se salta a la torera el reglamento: cada día se interponen como media 21 sanciones por usos indebidos, hasta alcanzar las 7.650, principalmente por abandonar las bicicletas fuera de los anclajes y no respetar las normas de circulación.
Fue el 15 de octubre de 2023 cuando se pusieron a disposición de los vecinos de nueve municipios el entorno metropolitano -Santurtzi, Portugalete, Sestao, Barakaldo, Bilbao, Erandio, Leioa, Getxo y Berango- las 700 bicicletas de alquiler que actualmente componen la flota. Las cifras de este primer año reflejan el éxito que ha tenido la iniciativa: cada día utilizan estas bicis unas 5.000 personas, que recorren una media de 3,5 kilómetros y las alquilan 15 minutos. "Esta alta rotación nos indica también el uso elevado que se está haciendo de estas bicicletas", se ha felicitado este martes la diputada de Transportes, Movilidad y Turismo, Sonia Pérez. A punto de cumplir el primer aniversario, 1,4 millones de personas han usado el servicio.
Con tantos usuarios, es normal que aparezcan ovejas negras que no respetan las normas del servicio. "Hay que hacer todavía mucha pedagogía", admite la propia Pérez. Ni siquiera llegan a "vandalismo", ha explicado, rebajan la gravedad de los incidentes a "usos indebidos", que llevan aparejadas sanciones que van desde la prohibición de poder utilizar el servicio desde tres meses a tres años, a multas económicas de 150 euros.
38.400 euros en sanciones
En este primer año se han interpuesto 7.650 sanciones, la mayoría de ellas (7.394) impidiendo utilizar durante un periodo de tiempo el servicio pero también con cargos económicos, en concreto de 150 euros. Una treintena de usuarios el año pasado y 226 en lo que va de este han tenido que abonar la denominada comisión de servicio, que se carga cuando se abandona la bicicleta fuera de una estación. En total, la cuantía en apercibimientos ha ascendido a 38.400 euros.
"Por ejemplo, cuando hay fiestas en algún municipio, en coordinación con el Ayuntamiento, se cierra la estación que puede estar en pleno espacio festivo. Aun así, hay gente que le da igual y deja la bicicleta pensando que alguien vendrá a por ella", narra a modo de ejemplo el director de Movilidad, Ángel Anero. "En esos casos, se les ha sancionado dejándoles tres meses sin bicicleta, para que vean que esas actuaciones tienen consecuencias". En los casos más extremos, como ceder el uso de la bicicleta a otro amigo y reportar que ha tenido un problema a la hora de devolverla, "que casualidad acaba abandonada en mitad de un municipio", la prohibición alcanza los tres años. "La bicicleta se localiza porque tienen un geolocalizador y desde el centro de control se comprueba que no tiene ningún problema". Son, además, reincidentes. "Son siempre los mismos los que tienen problemas".
178 incidentes
Solo hasta junio de este año, nueve meses desde que las bicicletas empezaron a rodar, se han registrado 178 incidentes: 114 por mal aparcamiento, 23 por no respetar las normas de circulación, seis por montar dos personas en la misma bicicleta y las 35 restantes por causas diversas. Es un número elevado, sí, pero que queda relativizado si se compara con los 1,4 millones de usuarios que acumula el servicio. "Lo normal es que se haga un buen uso de las bicicletas", reconoce la responsable del departamento foral.
Uno de los malos usos que más preocupa al departamento es la cesión de las bicicletas por parte de adultos a menores de 16 años, que no están autorizados para utilizarlas. "Hemos detectado bastantes casos de estos", ha informado Pérez, quien ha alertado de que "en caso de accidente, esa persona no va a estar cubierta por el seguro y tampoco le va a cubrir el seguro de responsabilidad civil si provoca daños". En este sentido, la Diputación va a reforzar la colaboración con las policías municipales y la Ertzaintza para que controle más de cerca estos usos, además de que los usuarios sigan las normas de circulación. "Circulan por las carreteras, por lo que son vehículos y tienen que cumplir con las normas".
Control de sobrecarga
El departamento va a poner en marcha otras medidas para evitar estos abusos en el uso de las bicicletas. Por ejemplo, un sistema de bloqueo que paralizará el vehículo si se detecta que viajan dos personas a bordo, algo que también está prohibido. "No está preparadas para transportar a dos viajeros, por lo que este control de sobrecarga nos va a permitir que las bicicletas tengan una mayor durabilidad y sean más seguras", ha explicado la diputada foral.
Otras mejoras serán la incorporación de ocho marchas, que permitirá un pedaleo "más fluido" y ya se ha instalado en 272 de las 700 bicicletas que conforman la flota, y un sistema antipinchazos, colocando una nueva capa entre la cubierta y la cámara.