Con el aspecto técnico del proyecto del subfluvial ya prácticamente concluido, los flecos medioambientales son los últimos a incluir en el documento general antes de su próxima aprobación definitiva en otoño próximo, según adelantó la propia diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe. Después vendrán las primeras licitaciones de las obras.
El departamento foral de Medio Natural y Agriculutra es el que tiene que dar último visto bueno y se está encontrando con el análisis de las últimas alegaciones que ha aceptado el departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial. Y son muchas.
El titular de esta última área foral, Carlos Alzaga, detalla que “han sido 78 las alegaciones presentadas, principalmente de vecinos y colectivos de ambas márgenes de la ría”.
Según han indicado fuentes el departamento foral, cerca de un 35% se han aceptado íntegramente, un 40% de forma parcial, mientras que el restante 30% no se han aceptado porque el contenido de muchas de ellas no hacía ni referencia al proyecto.
El diputado foral explica que “vamos a tener muy en cuenta todo lo aportado por los residentes de Getxo y Leioa, los que más afectados se van a ver por los trabajos en la superficie”.
Residentes preocupados
El nuevo responsable que ha tomado la dirección del departamento tras la salida del mismo del lehendakari, Imanol Pradales, comprende las preocupaciones hechas públicas por los residentes en la zona de Artaza.
“Entiendo perfectamente a los vecinos. Van a tener ahí durante varios años una serie de obras, igual que los colegios colindantes que también han presentado alegaciones, muchas de ellas relacionadas con el ruido”, desvela Carlos Alzaga.
Por ello el departamento trabaja ya en la instalación de pantallas antirruidos que minimicen la llegada del sonido de la obra a los pisos o el cambio de vidrios de las viviendas más cercanas para reducir ese impacto, sobre toda la fase de obras. También se tendrán en cuenta medidas para reducir el polvo ambiental que se genere.
En el día a día de las obras también “se va a tener en cuenta los horarios de trabajo en superficie por la salida de camiones para minimizar el impacto sonoro, porque van a tener que convivir con las obras un tiempo”, reconoce.
Sobre las alegaciones referentes a la intervención en los terrenos de Ezkerraldea, Alzaga dice que “son más escasas porque se van a construir una serie de estructuras muy grandes pero que no tienen alrededor viviendas, solo centros comerciales y fábricas. No afectan directamente a tantos residentes”.