Pasaban las 20.15 horas cuando, tras el emotivo pregón festivo leído por Laguntasuna Taldea en reconocimiento a su 75 aniversario, Ekologistak Martxan encendía el txupin festivo que voló al cielo barakaldarra. Expectantes por el momento del estallido, había miles y miles de personas que llenaban la Herriko Plaza de color y de buen rollo. Transcurrieron sólo unos segundos entre el vuelo del txupin festivo y su estallido, pero quizá fueron los únicos instantes de silencio, momentos que fueron la antesala a un delirio colectivo. El txupin estalló y con la explosión, Barakaldo entró, oficialmente, en estado de fiesta hasta el próximo domingo. En total, la localidad fabril gozará de más de 300 actividades en estos días. De hecho, la primera noche festiva ya ha contado con actos destacados como el concierto que anoche ofreció Gorka Urbizu en la Herriko Plaza.
El lanzamiento del txupin y la alegría colectiva fueron cociendo a fuego lento. Así, a las 18.00 horas estaban llamadas las cuadrillas barakaldarras a reunirse en el parque de Los Hermanos, junto al recinto de txosnas. Desde allí saldría la tradicional bajada que es el aperitivo ideal al inicio oficial de los Karmenak de la localidad. El punto de partida de la kalejira fue la principal novedad de esta edición de los Karmenak, puesto que se decidió acortar el recorrido habitual que partía desde la plaza San Vicente y, por ello, se optó por que la salida se hiciese desde Los Hermanos. Poco a poco, este lugar se fue llenando de cuadrillas ansiosas por cumplir con la tradición de llenar su ciudad de color y fiesta en la previa al inicio de sus Karmenak. Allí, fue la primera vez que se pudo ver a Jolín y Deabru, las dos mascotas festivas que despiertan la admiración de niños y mayores. Llegaron las 18.30 horas y, entonces, comenzó el pasacalles que estaba encomendado a escoltar a dos de los protagonistas a la Herriko Plaza para, de esta manera, encender de forma definitiva el modo festivo de Barakaldo. La kalejira se abrió con el baile de los cuatro cabezudos municipales –Joxe, Pauli, Mailaen y Arnabal– que, acompañados por el txistulari Luis Torres, pusieron coreografía a una habanera que invitó al público a entrar en calor de cara a lo que vivirían menos de dos horas después. Luego fue el turno de la Banda Municipal de Música de Barakaldo, que con sus ritmos fue anunciando a los cuatro vientos que la fiesta estaba a punto de comenzar en la localidad fabril. Ellos ponían la música, pero gran parte de las miradas del público que se agolpaba a un lado y el otro del recorrido se centraban en las figuras de Jolín y Deabru. Ellos dos son la viva imagen de la fiesta en Barakaldo y con su gracejo y cercanía se han ido ganando el cariño y la simpatía de la ciudadanía fabril.
Espectáculo
Las cuadrillas, dibujaron toda la tarde un lienzo plagado de espíritu festivo, Al llegar al paseo de Los Fueros, Arimaktore escenificó el espectáculo Badatoz Jolín eta Deabru. Última parada antes de que la kalejira desembocase en la Herriko Plaza. Allí fueron recibidos en honor de multitudes y minutos después ocurrió lo que todos los barakaldarras llevaban varios días esperando; el inicio de sus Karmenak.
A su lado, los representantes de Laguntasuna Taldea como pregoneros. “Sacad el euskera a la calle, bailad, cantad, participad en las comidas populares, acudid a los conciertos, sumergíos en la fiesta y disfrutad”, animaron, sin olvidar que estos días deben vivirse “desde el respeto” con el deseo de que dentro de otros 75 años “sigáis apoyando nuestra labor, como hasta ahora mostrando nuestra cultura y tradiciones en plazas y escenarios del municipio”, expresaron emocionados.
Tampoco faltaron miembros de Ekologistak Martxan, nominados como txupineros en reconocimiento a sus 25 años de lucha por hacer de Barakaldo un lugar mucho más comprometido con el medio ambiente y sostenible. Una celebración por todo lo alto.