Hace algún tiempo falleció un barakaldarra de pro; artista, matemático, profesor, rapsoda, poeta, escritor, apasionado por las matemáticas y la ópera, gran conversador y persona muy querida y apreciada por quienes le conocimos. Jon Andoni Goikoetxea Uriarte, Goiko (Barakaldo, 1930-2024), era nieto de Lucas Iriarte, galguero de la Orconera y del constructor de la Cruz de Gorbeia, de la primera y segunda (1901 y 1903), Serapio Goikoetxea Palacio, vecino del municipio fabril de mayor renta en 1900, siendo alcalde esa legislatura de cambio de siglo, dueño de Talleres Nuestra Señora del Rosario en Lutxana (luego allí se construyó Sefanitro). Ambos murieron jóvenes y enfermos, y dejaron huella en Goiko. Goiko la dejó en nosotros.
No sabemos si este texto es un obituario o no, pues tampoco sabemos si pasa cierto tiempo desde el fallecimiento de una persona, sigue siendo obituario o no. Pero qué más da si lo que nos trae aquí es recordar la figura y la obra del gran Goiko y dejar huella escrita de él en la hemeroteca.
Nacido en Lutxana siempre estuvo vinculado a ese barrio que toca la ría. Vivió la República, la guerra civil, y la expropiación de la casa familiar en la postguerra. Debió renunciar a su vocación especulativa (mi verdadera vocación era ser astronauta.... ¡no, astrónomo!), para dedicarse a la enseñanza, para la cual estaba especialmente dotado. Desde finales de los 50, frecuenta la tertulia llamada de La Concordia. Bien en este café, bien en otros lugares, preferentemente los sábados, toda la intelectualidad antifascista de Bilbao se reunía –a no ser que estuvieran detenidos o, en el caso de Otero, dando la vuelta al mundo–. Allí cultivó la amistad de pintores, periodistas, sindicalistas (su amigo Emiliano Serna de la CNT, también baracaldés), prosistas (él recordaba especialmente a Luis Mari Aresti, hermano del poeta), gente de teatro, pero sobre todo poetas, todos en torno a las dos figuras gigantes de Blas de Otero y Gabriel Aresti: Gregorio San Juan (otro barakaldés, nacido en Palencia), Vidal de Nicolás, Sabina de la Cruz, Pedro Basaldúa, Alfonso Irigoien... Su producción poética permanece discreta hasta la publicación de su primera colección El subconsciente a flote (c. 1985).
Taller literario
Comienza a frecuentar a gente más joven que él, en particular a los del taller literario La Galleta del Norte. Hizo popular su vestimenta cuando recitaba; casco obrero y mono azul (ha recitado igualmente vestido de alienígena). Incorpora al público a sus poemas, y multiplica también los poemas escritos expresamente en ocasión de un evento particular (ya sea una exposición, la muerte de un amigo, las fiestas de Barakaldo o la dedicatoria de un libro).
En una época de fuerte transformación de la Margen Izquierda, concibió un proyecto mayor, nunca llevado a término: hacer la historia de la literatura en Barakaldo. Sin embargo, dos de sus poemas han sido publicados fuera de todo contexto literario: Oda a mi Lutxana natal fue publicada, anónimamente, en un libro colectivo sobre el barrio (Lutxana, 1995). Oda a todas las patatas apareció en un libro sobre la manipulación corporativa del entorno químico (Las patatas y las cosas. Lurpeko istorioak, 2013), y acompañada de un dossier documental sobre las transformaciones de su lugar de nacimiento. “Ahí, donde van a ir las dos torres de cristal, mi padre plantaba patatas”.
Después vinieron otros libros, cada cuál más interesante: en el entorno de la Galleta la pequeña Colección de perlas y las plaquettes Seis ecuaciones y Congruente incongruente. Una gran muestra de los tres tipos en los que clasifica su poesía (Concreta, Reversista y Cósmica) está recogida en Tres en uno, y otra gran compilación, esta vez de trabajos en curso, en Vivero salvaje. En colaboración con Roberto Mezquita publicó Pomporerás y Palmalitoyas, LUPI, Sestao, 2016. Su última colección Eructos, en el libro Goiko, DFB, 2023.
Participó también en varias obras audiovisuales: Heteroautorretratos, Juan Crego, Patxi Serrano, 1988-2020 (vídeo), El sueño, Mayka Campo, 2006 (mini-DVD en El tejedor de palabras, n.º 12, LUPI, 2006) y el cortometraje Maridos de sangre, Manuel Ortega Lasaga, 2009.
La vida sin Goiko para nosotros es diferente, es como una ensalada sin aliño. Poeta alienígena, hombre culto en exceso, sencillo y autocrítico como pocos conocemos. Creemos que el Ayuntamiento de Barakaldo debía tener algún detalle con él, incluso tenemos alguna idea. De momento nos consuela su recuerdo y hacer público el cariño que le tenemos. Goian bego Goiko.