Hoy es mi obligación recordar a este gran amigo que hace nueve días nos dejó para siempre. Su fallecimiento ha sido repentino y se achaca a una bacteria que contrajo y que le deterioró en poco tiempo hasta parar su cuerpo.

Estando el día después del funeral presentando una conferencia en Cruces-Gurutzeta, el pasado miércoles, en uno de los actos del 75º aniversario del Arroletza Mendi Taldea, al terminar el evento, mi amigo Joseba Mikel García, socio del club y burtzeñarra de pro, me dijo que no me vio en el sepelio. “Hubo tanta gente en la parroquia de San Pedro de Deusto, el templo lleno y fuera en la calle ídem, abarrotado”, me relató. Me estaba enterando en ese momento de la trágica noticia. Me quedé paralizado y apenado al tiempo; no daba crédito a lo que me estaba contando.

Hace poco Lander Alberdi Basterrechea me dijo que me avisaría para una comida en un refugio en Gorbeia que estaba organizando. Me mandó varios mensajes pero no cerramos fecha. Un mes antes vino a Udiarraga Estankoa (en Ugao) y compró una réplica de la cruz de Gorbeia de 30 centímetros de alto para llevarla al día siguiente a Ibiza y regalársela a una amiga que subió semanas antes a Gorbeiagana con él.

Lander, amigo, dejas un vacío inmenso, imposible de llenar, un hueco a todos los que profesamos tu amistad tan grande, que tu querida basílica de Begoña no podría entrar en él.

Eras el perejil de todas las salsas, experto conocedor de la montaña vasca y española; socio de varios clubes montañeros de Bizkaia (Juventus de Bilbao, tu predilecto) y en Gipuzkoa del Jaizkibeleko Elkartea, de Pasaia; de txokos, sociedades gastronómicas... Eras la unión necesaria y vital para todos los grupos de amigos que te rodeábamos. Te encargabas de toda la organización de forma brillante y con exceso de paciencia: poner fecha para una cita, buscar el lugar para comer, las compras, cocinar, los tracks, las famosas ekin-tzas para facilitar las rutas de montaña lineales dejando coches en salida y llegada… Faltaría más, socio del Athletic Club. Esto era ya sagrado. Fuiste un buen abertzale comprometido con tu país y nuestra cultura.

Lander, recién jubilado, trabajó de responsable económico-administrativo en la LAE (Loterías y Apuestas del Estado, delegación provincial en Bizkaia, hoy adscrita a Bizkaiko Foru Aldundia). En la calle Diputación, donde tiene su sede, y por la Gran Vía o Ledesma, se te veía con frecuencia, siempre rodeado de amigos, planificando salidas montañeras, haciéndonos soñar con nuevos recorridos.

Eras un amante de la montaña, el montañismo y el senderismo. Como bien me apunta Joseba, “sólo sumaba amigos por todos los lugares donde iba y todos los días. Y lo más sorprendente, nunca dejó a ninguno, al contrario, los trabajaba más y más hasta embaucarlos por completo. Era muy generoso”.

Muchos lectores y lectoras recordarán una noticia, justo cuando comenzó la guerra de Ucrania con la invasión rusa. Le entrevistaron a Lander porque junto a su cuñado, que había tenido en acogida a una niña de Chernóbil, sin pensárselo dos veces, cogieron el coche y se fueron a París ese mismo día a recogerla, con su amatxu, y traerlas a Bilbao para protegerlas.

Volviendo al funeral de Lander, decir que su mujer, Yolanda, profesora jubilada, al terminar subió al altar, cogió el micrófono de la parroquia, y dando gracias a los congregados por el acompañamiento, dejó huella, con una entereza pasmosa, sobre quién había sido –y es en nuestro recuerdo– su marido. Contó cómo con cualquier persona que se juntara y le preguntara por aquella cima del Monte Perdido que hicieron en 1987, por ejemplo, le podía explicar todos los datos al detalle. Altitud exacta, en qué refugio durmieron, qué tiempo hacía, quiénes estaban, cómo fue la ascensión… En fin, una Wikipedia montañera como pocos he conocido. Pero, sin embargo, siguió contando Yolanda Laconcha, en lo cercano, en las llaves del coche, la tarjeta barik o el teléfono móvil era un desastre; los perdía con frecuencia. Apostilló la viuda: “Era nuestro querido desastre”.

Doy fe de ello. Conocí a Lander hace 40 años, siempre relacionado con el mundo montañero. Fundamos en Miraballes el Ugao Mendi Taldea y venía con nosotros a salidas dominicales y nos ayudaba en la organización de marchas de montaña. Era desprendido, siempre atento con todos, no le faltaba ningún detalle para ser el caballero que era.

Nos dejas huérfanos, pero que sepas Lander, que desde el cielo, desde alguna cumbre mágica y celestial, tendrás que escuchar nuestro grito alpino de recuerdo. Has pasado a un estado del que no sabemos nada, excepto que la vida se ha terminado. Tu obra y hombría quedarán perennes en nuestro corazón y siempre serás recordado con cariño y agradecimiento. En tu funeral los cientos y cientos de personas que estuvieron dentro y fuera de la iglesia cantaron Txoria txori y Xalbadorren heriotzean. Seguro que escuchaste esos cánticos de recuerdo del pájaro y del bertsolari.

Lander, vete preparando futuras excursiones montañeras para cuando nos toque andar juntos por nuevos caminos. Eras un ejemplo de persona y de montañero.

Eskerrik asko, Lander. Goian bego. Musu bat.