La nueva ordenanza para regular el aparcamiento en Plentzia durante el verano sigue aún en fase de alegaciones, por lo que no está aprobada definitivamente, pero su génesis es dividir el municipio en tres zonas para estacionar: lugares para residentes, plazas de línea azul de carácter rotacional y espacio libre. Así, la idea es que los visitantes tengan como única opción sin restricciones el parking de Errotabarri, en las afueras de la villa, aunque el equipo de gobierno, para ampliar posibilidades, ha solicitado permiso a Costas para habilitar de manera oficial la entrada de Legarrondo –los usuarios ya recurren a ella de facto–.

La zona azul, mientras tanto, será “para quienes acudan a hacer uso del comercio y los servicios, no para la gente que viene de visita”, aclara el alcalde, Aitor Garagarza. La implementación de esta normativa viene derivada de una “situación insostenible en verano”. Además, “desde que Gorliz puso en marcha la OTA, la problemática se ha agravado”, remarca el primer edil.

Por ello, el objetivo con esta medida, en vigor del 1 de junio al 30 de septiembre, es alcanzar “un mayor equilibrio entre la oferta y la demanda de estacionamiento en distintas zonas del municipio y la necesaria reserva de espacios a residentes”, tal y como recoge la ordenanza redactada. Sin contar con los parkings, la localidad dispone de 700 plazas públicas. “Tenemos más de dos mil vehículos empadronados solo de turismos, sin contar camiones, ciclomotores… que suman unas 750”, indica el regidor de EH Bildu.

“Hay mil habitantes que viven a las afueras y en los últimos años tienen graves problemas para venir al centro”, añade Garagarza. Por este motivo, las personas que no residan en Plentzia deberán recurrir, fundamentalmente, al terreno junto al campo de fútbol y a las parcelas azules fuera de los horarios marcados. “Las zonas de aparcamiento libre son las del parking de Errotabarri. Y luego hay otros lugares que el Ayuntamiento no puede regular, porque no son de su propiedad. Ahí hay bastantes plazas. De todas formas, hemos pedido permisos para la entrada de Legarrondo, para que sea un sitio oficial”, comenta el alcalde.

Por su parte, la superficie azul con limitación de una hora, como máximo, quedará establecida en tres puntos, con un total de 60 plazas. Por un lado, en Plazatxoa: en la acera del Jai Alai hasta la pista pádel; por otro, en la calle Frontoi: desde el cruce de Labasture hasta el cruce de Areatza; y, por último, en Labasture: desde el número 4B hasta el cruce con la calle Frontoi, sólo los números pares.

“Le damos carácter comercial y por eso es rotacional de una hora. Se están mirando algunos cambios posibles, porque, por ejemplo, quizás para ir a una consulta de fisioterapia una hora es poco; entonces igual hay que poner hora y media. También para los restaurantes a la hora de la comida. O igual un fontanero necesita mucho tiempo y se le puede habilitar un permiso… Son detalles que se tienen que mejorar, porque, de todas formas, estamos en la fase de alegaciones”, expone el mandatario de Plentzia.

Una hora en zona azul

De momento, según el documento elaborado, “el periodo máximo de un vehículo en la parte de estacionamiento rotatorio será de una hora. Transcurrido este plazo no podrá volver a estacionar en este lugar hasta pasadas dos horas”. Asimismo, para dejar ahí el coche será obligatorio sacar un tique en las máquinas expendedoras que se instalarán.

En cuanto a los residentes: podrán usar todos los sitios y los aparcamientos públicos, salvo Errotabarri –a día de hoy– y no tendrán que sacar ninguna autorización en concreto. “No vamos a hacer que los empadronados tengan que venir a por una tarjeta, pegatina o autorización digital. Contaremos con un lector de matrículas y ya”, matiza Garagarza. Otra de las características del reglamento es que las personas que trabajen en la villa tendrán permisos, “algo que no pasa en muchos municipios, como Bilbao o Getxo, por ejemplo”, destaca el alcalde.

El primer edil asume que esta regulación puede levantar críticas. “Entiendo lo que pueda pensar la gente que tiene un piso en Plentzia, no está empadronado y viene a pasar el verano. Pero no tenemos una alternativa. Me gustaría poder contar con más aparcamiento y decir: A estas personas se les puede dedicar este espacio”, reconoce.