Pocas imágenes permiten observar cómo han evolucionado dos municipios a la vez. La instantánea superior tomada desde una avioneta atestigua cómo Sestao, en la parte inferior, y Leioa, en la superior, empezaban a crecer a inicios de los años 60 del siglo pasado colonizando la gran cantidad de terreno virgen que conformaban sus ámbitos territoriales.

Sestao iba en cabeza en esta particular competición. El motor migratorio de Altos Hornos de Vizcaya, cuya factoría luce a plena producción en la orilla de la ría, ya había supuesto un crecimiento demográfico en la localidad de la Margen Izquierda. Los vecinos con más solera podrán reconocer parte de la trama urbana actual sestaorra que continua perenne. A la izquierda, el inefable campo de fútbol de Las Llanas con su escasa capacidad de espectadores.

Siguiendo hacia la derecha permanece la parroquia de Santa María y su edificio aledaño ambos rodeados de casi la misma extensión de parque verde ha excepción de la que ocupa hoy el bloque municipal de Servicios Sociales. La Casa Consistorial cercana persiste mirando con su fachada principal al corazón de Sestao, una plaza del Kasko mucho más abierta y todavía no constreñida por la invasión inmobiliaria residencial que llegaría a partir de los años 70.

De hecho todos los espacios vírgenes que se contemplan en la toma aérea hoy son construcciones y asfalto conformando una apretada trama urbana que se asoma a la orilla de la ría y a la dársena de La Benedicta.

Por cierto, destaca en esa lámina de agua a resguardo la presencia de un barco que por el perfil podría tratarse tanto de un buque de guerra como de un mercante que estuviera anclado esperando a zarpar.

Las volutas de humo negro de los altos hornos y el vapor de agua expelido a la atmósfera protagonizan la amplia extensión donde la fabricación de acero dio trabajo a tantos miles de personas en Sestao. Una contaminación atmosférica de la que carece la orilla de enfrente mucho más despejada de industrias.

UN MUNICIPIO RURAL

Leioa en esta foto es un municipio plenamente rural donde sus tierras mayoritarias eran agrícolas a excepción de una incipiente fábrica química que luego sería conocida como la Dow Chemical, –a la derecha de la foto–, y los pequeños talleres y almacenes que ya se constituían como un proto parque industrial recogido a la izquierda de la foto. Unos usos urbanísticos estos últimos que hoy continúan limitados por el perímetro de las calles Máximo Agirre, Gabriel Aresti y Felipe del Río con la carretera de la ría como cierre.

Si se apura la vista se puede descubrir una pequeña chimenea que sigue enhiesta hoy rodeada de los edificios que componen la empresa Faes Farma. También persisten pegados los dos grandes pabellones de color blanco que en la actualidad acogen las instalaciones de distribución de la multinacional de la alimentación Unilever.

Sigue indemne el espacio natural de la marisma o vega de Lamiako, bordeado en la imagen por la vieja carretera que hacía que este espacio se fundiera con la ría, antes de construirse el vial paralelo al cauce.

Un espacio destinado en los años 80 del pasado siglo a ser el lugar donde el Consorcio de Aguas iba a construir un estación depuradora de aguas residuales pero que continúa sin ocupación. Igual ocurre con la colina que por detrás de esta gran parcela rectangular se eleva hacia el centro urbano de Leioa. Todo el entorno que baja desde la ermita de Ondiz sigue casi igual que en la imagen antigua aunque la presión urbanística es evidente desde todos los frentes.

Por debajo, y al lado de trazado del metro y el río Gobelas, todo está copado por edificios residenciales. A la izquierda, han limado terreno virgen las promociones escalonadas de la calle Txorierri, y a la derecha, el crecimiento de la trama urbana pegada al arroyo Udondo, en forma de pabellones para empresas y bloques residenciales, sustituyo ya hace décadas a los caseríos que se observan.

Comparta su recuerdo. Si conoce anécdotas o susedidos con respecto a esta imagen puede compartirlos enviándolos al correo agarcia@deia.eus

Abiertos a sus fotos. Si desea que alguna de sus instantáneas antiguas sea comentada en esta sección puede enviarla a bizkaia@deia.eus donde se analizará su publicación.