Ganó las elecciones, pero el decisivo apoyo de EH Bildu dado el empate a seis concejales, decantó la Alcaldía del lado de Zalla Bai. Tras entregar la makila, Juanra Urkijo (regidor entre 2019 y 2023) regresó “al negocio familiar” y lleva una vida “todo lo tranquila y sosegada que puede ser la de un autónomo”. Eso sí, permanece en la corporación municipal y, a este respecto, se muestra muy crítico con las primeras cuentas aprobadas por el nuevo equipo de gobierno.

¿Por qué el PNV presentó una enmienda a la totalidad?

—Responde a que la propuesta de Zalla Bai encarna otro modelo de presupuesto y, por lo tanto, de gestión con el que no estamos de acuerdo. El nuestro significaba hacer más con menos y hemos experimentado un cambio radical hacia hacer menos con más.

El alcalde lo describió como “continuista y conservador”.

—Puede que sí, en el mal sentido de todo lo que supone un presupuesto conservador. Continuista no, porque se eliminan servicios que estaban funcionando y se incrementan gastos, como personal, de una forma que no creemos adecuada por varias razones.

¿Como cuáles?

—Consideramos poco prudente aumentar el personal cuando estamos pendientes de una valoración de puestos de trabajo. Y como el alcalde indica, va a reflejarse en el presupuesto de 2025. Dicho crecimiento de personal nos lleva directamente a una disminución de los servicios. El ejemplo más claro puede ser el técnico sociosanitario, que va a gestionar un presupuesto de 89.000 euros cuando el propio técnico costará 68.000, mientras se suprimen servicios.

¿Por ejemplo?

—La atención psicológica gratuita, que funcionaba muy bien. Éramos pioneros. En campaña, la portavoz parlamentaria de EH Bildu ponía como ejemplo que lo estaban implementando en Durango cuando en Zalla ya llevaba dos años. También suprimen el tan necesario servicio de atención a la soledad o el educador de calle. Se eliminan o reducen partidas en acción social, se congelan igualdad, infancia e incrementamos personal. En definitiva, no hay un continuismo, sino el modelo de la comodidad de quien gobierna. Además, apreciamos otro caso paradigmático.

¿A qué se refiere?

—Pese a que el pleno dijo en su día que esos locales deberían dedicarse a los vecinos y vecinas (ampliación de la biblioteca, ampliación de la umeteka y un aula de estudio en condiciones) parece que se van a destinar a las oficinas del Área de Ciudadanía. Hurtamos espacios para dárselos a la estructura interna.

¿Qué incluirían ustedes?

—Habría que seguir profundizando en medidas como las que ya teníamos. Como el centro artístico de La Guata, que tampoco se recoge, ni la transformación de la residencia en unidades convivenciales. Más allá de no quitar servicios habríamos ahondado en cuestiones sociales o acciones relativas a la transición energética. Más allá de estudios, el presupuesto contempla bien poco y la apuesta de EH Bildu es escasa o nula. Regalaron la investidura, según ellos, a cambio de nada, y a cambio de nada le han aprobado el presupuesto a Zalla Bai.